lunes, 8 de marzo de 2010

Tenemos miedo de ir a la Sinagoga- Judios en Birmania- Elecciones 2010


Hace cien años más o menos que Rudyard Kipling visitó Birmania, desde entonces pocos lugares de la Tierra han cambiado tan poco. La vida judia en la Birmania de hoy es muy diferente de lo que era durante la época colonial, que duro hasta la Segunda Guerra Mundial.

Los mercaderes judíos, que emigraron originariamente a Birmania a finales del 1800, sirvieron de puente a los gobernantes coloniales británicos y la exportación extranjera. La comunidad judia de Birmania era de unas 2500 personasl, fue respetada en los negocios y constituyo una parte valiosa en la sociedad local.

Los judios fueron incorporados a la vida del país y desempeñaron diferentes papeles. Crearon fabricas de hielo, plantas embotelladoras, textiles, madera, y algunos otros fueron funcionarios o comerciantes.

La Comunidad Judía de Rangún fue tan influyente de hecho, que en los primeros años del siglo pasado, Rangún y la pequeña ciudad de Bassein tuvieron alcaldes judios, y habia una Judá Ezequiel Street en el centro de Rangún. La familia Sofaer dono las puertas para el zoo de Rangún, y Mordechai Isaas Cohen, dono el famoso kiosko de hierrlo en Bandoola Square que todavia se conserva.

En la preciosa Rangún, se creó la primera Gran Sinagoga- Musmeah Yeshua, con un gran techo y columnas de enorme alzado. El edificio figura entre los 188 edificios patrimonio del estado birmano. El cementerio judio, con más de 600 tmbas, la sinagoga, los rollos de la Torá, y la escuela judia con más de 200 estudiantes, proclamando la diversidad judia en esta tierra exhuberante.

Tal y como crecia la riqueza judia, creció su filantropia: la comunidad donó grandes sumas de dinero para escuelas, bibliotecas, hospitales y ayudo a Birmania hasta que la época dorada acabo con la invasión japonesa del país en 1941. La ocupación obligó a los judios a huir. Algunos regresaron despues, pero ya nada fue igual.

Hoy solo un puñado de familias judias viven en Birmania. He conocido a algunas de ellas, entregados a mantener la tradición. Judios que venian de Bagdad y algunos que afirman ser sefardies. Durante la Segunda Guerra Mundial, Isaac Samuels, arriesgó su vida por defender los civiles que escondió en la sinagoga.