martes, 8 de enero de 2008

Mujeres de corazón valiente que desafian las leyes injustas.


Coincidiendo con el 60 aniversario de la independencia del país y sólo tres meses después de la brutal represión de un movimiento de protesta popular, Than Shwe desafió a la comunidad internacional al reafirmar que su régimen aplicará su propia "hoja de ruta" que incluye una constitución que garantiza al ejército un papel preponderante.Shwe se dirigió a la nación a través de un comunicado que fue leído en un acto con motivo del 60 aniversario de la independencia de esta ex colonia británicaEse acto se celebró en la ciudad de Naypyidaw, la nueva capital del país tras los disturbios de hace tres meses, situada a 400 kilómetros al norte de Rangún.

Than Shwe insistió en la noción de "soberanía", recordando que los birmanos vencieron a los colonizadores y que se consiguió la independencia tras "sacrificar mucha sangre, sudor y vidas".El número uno birmano reclamó a sus ciudadanos que hagan todo lo posible por impedir la "desintegración" de un país formado por numerosas y diferentes etnias

Los grandes autores en todos los tiempos han alzado su voz para defender la paz. No han existido distingos de nacionalidades o idiomas para cultivar estos sentimientos, es un clamor universal. Gandhi decía que el amor y la verdad eran la simiente de la paz; él actuaba como los monjes budistas, combatía la violencia con su filosofía pacifista. Así como él, existe un selecto grupo de mujeres que han consagrado su vida a luchar por sus ideas y consolidar la democracia en sus pueblos, en defensa de los derechos de las minorías y, aunque una de las que mencionaré ya no están con nosotros, su recuerdo nos permite reflexionar acerca de si para conseguir la paz tendremos que estar preparados para defenderla

Y es que este mundo globalizado y por ende virtualizado se encuentra amenazado por el terrorismo. Y este no es un tema de género, pero no podemos ignorar a las mujeres que han sido sacrificadas. Allí tenemos a la dos veces primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, hija del ex presidente Zulfikar Alí Bhutto, quien fuera derrocado y asesinado. Justamente en el décimo aniversario de su muerte la arrestaron.

Fue la primera mujer que condujo los destinos de un país musulmán --tenía tres hijos: Bilawal, Bathtwar y Aseefa-- quien al retorno a su patria tras 8 años de exilio en Dubai y Londres fue asesinada en Pakistán el 27 de diciembre de 2007, tras pronunciar un discurso en Rawalpindi, en momentos que atacaron la comitiva que ella encabezaba, abatiendo a más de un centenar de personas como consecuencia de este atentado.

La dama del sarong sostenía que los terroristas habían acabado con su familia. Ella se había enfrentado a la dictadura en su afán por restablecer la democracia en su país. Se había educado en ciencias políticas tanto en Harvard como en Oxford y por ello sus opositores pensaban que su presencia significaría la intervención militar de Estados Unidos en Pakistán.

Por coincidencia Oxford también ha sido alma mater de la premio Nobel de la Paz en 1991, Aung San Suu Kyi, donde estudió y obtuvo su licenciatura en filosofía. Es hija del general Aung San, asesinado cuando ella tenía dos años. Birmana, budista y seguidora de Gandhi, su lucha está basada en los principios de la moral.Lleva más de 12 años de arresto domiciliario. Y es que para exigir respeto a los derechos humanos en su país no dudó en renunciar al exilio que se le ofrecía y enfrentar con su cuerpo a las tropas que apuntaban con sus ametralladoras.

Ella ha sido hostilizada por sus opositores, y el gobierno le negó la visa a su esposo británico, a pesar de que sabía que sufría de cáncer de la próstata y vivía los últimos días de su existencia. Ha sido amenazada, pero no ha transigido en sus ideales, por lo cual sufre arresto domiciliario y el año pasado la trasladaron a otro penal por las protestas que su situación origina dentro y fuera de su patria.

Desafiar a a las leyes injustas no es solo posible, sino necesario, imprescindible. Desafia las leyes injustas pide que Aung San Suu Kyi sea liberada, que Birmania sea liberada. Le pedimos a todos los Ayuntamientos que cuelgen la foto de Aung San Suu Kyi en un sitio visible de su ciudad, y que recuerden el valor de defender la paz, la justicia y los derechos humanos.