domingo, 30 de septiembre de 2007

Los monjes budistas siguen al frente de las protestas antigubernamentales en Birmania


Bangkok, 30 sep (EFE).- Los monjes budistas siguen al frente de las manifestaciones en varias provincias de Birmania (Myanmar), mientras hoy continúa en Rangún el cerco a los monasterios y más de un millar han sido encarcelados en la prisión de alta seguridad de Insein, y algunos ya fueron condenados a seis años de prisión.

En Kyaukpadaung, en la provincia de Mandalay (norte), unos 1.000 monjes encabezaron ayer una protesta que congregó a más de 30.000 personas, mientras que en Sittwe, en la provincia de Arakan (oeste), medio centenar de bonzos movilizó a unos 5.000 manifestantes en una marcha que transcurrió sin incidentes, según declaraciones de testigos a la radio birmana "The Irrawaddy".
La situación es diferente en Rangún y Mandalay, las dos principales ciudades del país si descontamos a la nueva capital, Napydaw, donde los cuerpos de seguridad cargan contra cualquier intento de manifestación desde el miércoles pasado, después de que la Junta Militar impusiera el toque de queda y prohibiera las reuniones públicas.
Al menos 16 personas han muerto desde entonces por los disparos y los bastonazos de los soldados y los agentes antidisturbios, entre ellos dos extranjeros y varios monjes.
Un birmano indicaba a la radio de la disidencia que "las protestas se han debilitado porque las tropas han cercado los templos e impiden a los monjes salir".
No obstante, a pesar de la represión algunos religiosos continúan su oposición contra el régimen militar desde la cárcel, como cerca de 30 monjes, de un grupo de 108 arrestado y encarcelado el martes pasado en la prisión de Bamaw, en el estado de Kachin (oeste), que hoy cumple cinco días en huelga de hambre.
El enviado especial del secretario general de la ONU para Birmania, el nigeriano Ibrahim Gambari, llegó ayer a Rangún para hablar con la Junta Militar y conseguir que suspenda la violenta represión de las manifestaciones.
La ciudad de Rangún aparece en la mañana de hoy tranquila y sin rastro de manifestantes, pero en las dos últimas jornadas las protestas comenzaron a formarse por la tarde.
Birmania está gobernada por los militares desde hace 45 años y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la Liga Nacional para la Democracia (LND), que lidera Aung San Suu Kyi, unos comicios cuyos resultados desacataron los generales.