AFP - hace 1 hora 11 minutos
RANGÚN (AFP) - El emisario de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, logró reunirse este martes con el líder de la junta militar birmana, el general Than Shwe, y volvió a entrevistarse con la líder opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi antes de abandonar Birmania.
RANGÚN (AFP) - El emisario de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, logró reunirse este martes con el líder de la junta militar birmana, el general Than Shwe, y volvió a entrevistarse con la líder opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi antes de abandonar Birmania.
Gambari mantuvo ambas reuniones separadas en dos ciudades diferentes, a 400 kilómetros de distancia, antes de abandonar suelo birmano y llegar este martes por la noche a Singapur, donde no realizó declaraciones sobre el resultado de su misión.
La reunión con Than Shwe tuvo lugar en la nueva capital birmana, Naypyidaw, a 400 km al norte de Rangún. En esta última ciudad la junta decidió reducir dos horas el toque de queda nocturno actualmente en vigor, que quedó fijado así desde las 22H00 a las 04H00 locales.
El encuentro de 15 minutos con Suu Kyi, en prisión domiciliaria desde 2003, tuvo lugar en Rangún, la principal ciudad de Birmania, al sur del país. Gambari y la premio Nobel de la Paz mantuvieron un primer encuentro el domingo, tras autorización de los militares birmanos.
El diplomático de nacionalidad nigeriana -con un mandato de la ONU para visitar Birmania después de la violenta represión de las manifestaciones contra la junta militar- llegó el sábado a Rangún, pero sólo fue recibido este martes por el general Than Shwe.
Gambari viajó por primera vez el sábado a Naypyidaw, pero se reunió con funcionarios de bajo rango del régimen. El domingo regresó a Rangún, donde había sido autorizado a encontrarse con Suu Kyi, de 62 años, que ha pasado los últimos 18 años de su vida privada de libertad.
Al anochecer del domingo, Gambari volvió a viajar a Naypyidaw con la esperanza de reunirse el lunes con Than Shwe. Sin embargo, el emisario fue llevado a la región de Lashio, una zona aislada del noreste del país que había sobrevolado en helicóptero. Este martes por la mañana fue escoltado hacia un terreno deportivo de Lashio, donde el régimen había reunido a decenas de miles de personas para un mitin de apoyo a las autoridades.
Hace una semana se llevaron a cabo importantes manifestaciones contra el régimen en Rangún lideradas por los monjes budistas, que fueron reprimidas violentamente por las fuerzas de seguridad.
Según fuentes oficiales birmanas, al menos 13 personas murieron, incluyendo un periodista japonés, y otras decenas resultaron heridas. Pero según diplomáticos occidentales en Rangún el balance de la violencia es mucho mayor, así como los arrestos, que podrían ascender incluso a miles, sobre todo bonzos.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, reunido en Ginebra en sesión extraordinaria, condenó este martes la violenta represión de esas manifestaciones pacíficas en una resolución. También exhortó "al gobierno birmano a la mayor moderación y a desistir de nuevas violencias contra los manifestantes pacíficos".
Por su parte, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, dijo que las "autoridades birmanas no pueden seguir confiando en que su querido aislamiento les exima de responsabilidades".
En cuanto a las víctimas de la represión, "pensamos que al menos 30 personas murieron y 1.400 fueron arrestadas", afirmó este martes el ministro australiano de Relaciones Exteriores, Alexander Downer.
Al menos 1.000 personas arrestadas la semana pasada fueron llevadas a un campus universitario de Rangún donde permanecerían detenidas, señalaron el martes dos funcionarios, uno birmano y otro de la ONU. Hasta 1.700 personas, entre las cuales había unos 500 monjes budistas, estarían en ese campus, precisó el responsable birmano que solicitó el anonimato. Según esta fuente, en ese grupo hay unos 200 mujeres y bonzos novicios, uno de ellos de sólo diez años.
En Bangkok un alto funcionario de la ONU expresó su preocupación por informaciones según las cuales los detenidos ya fueron conducidos a otro lugar.
Tony Banbury, director para Asia del Programa Alimentario Mundial (PAM) de la ONU, afirmó que Naciones Unidas recibió la confirmación de la detención de unas mil personas en el citado campus, en locales que presentó como campamentos de barracas militares.
La reunión con Than Shwe tuvo lugar en la nueva capital birmana, Naypyidaw, a 400 km al norte de Rangún. En esta última ciudad la junta decidió reducir dos horas el toque de queda nocturno actualmente en vigor, que quedó fijado así desde las 22H00 a las 04H00 locales.
El encuentro de 15 minutos con Suu Kyi, en prisión domiciliaria desde 2003, tuvo lugar en Rangún, la principal ciudad de Birmania, al sur del país. Gambari y la premio Nobel de la Paz mantuvieron un primer encuentro el domingo, tras autorización de los militares birmanos.
El diplomático de nacionalidad nigeriana -con un mandato de la ONU para visitar Birmania después de la violenta represión de las manifestaciones contra la junta militar- llegó el sábado a Rangún, pero sólo fue recibido este martes por el general Than Shwe.
Gambari viajó por primera vez el sábado a Naypyidaw, pero se reunió con funcionarios de bajo rango del régimen. El domingo regresó a Rangún, donde había sido autorizado a encontrarse con Suu Kyi, de 62 años, que ha pasado los últimos 18 años de su vida privada de libertad.
Al anochecer del domingo, Gambari volvió a viajar a Naypyidaw con la esperanza de reunirse el lunes con Than Shwe. Sin embargo, el emisario fue llevado a la región de Lashio, una zona aislada del noreste del país que había sobrevolado en helicóptero. Este martes por la mañana fue escoltado hacia un terreno deportivo de Lashio, donde el régimen había reunido a decenas de miles de personas para un mitin de apoyo a las autoridades.
Hace una semana se llevaron a cabo importantes manifestaciones contra el régimen en Rangún lideradas por los monjes budistas, que fueron reprimidas violentamente por las fuerzas de seguridad.
Según fuentes oficiales birmanas, al menos 13 personas murieron, incluyendo un periodista japonés, y otras decenas resultaron heridas. Pero según diplomáticos occidentales en Rangún el balance de la violencia es mucho mayor, así como los arrestos, que podrían ascender incluso a miles, sobre todo bonzos.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, reunido en Ginebra en sesión extraordinaria, condenó este martes la violenta represión de esas manifestaciones pacíficas en una resolución. También exhortó "al gobierno birmano a la mayor moderación y a desistir de nuevas violencias contra los manifestantes pacíficos".
Por su parte, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, dijo que las "autoridades birmanas no pueden seguir confiando en que su querido aislamiento les exima de responsabilidades".
En cuanto a las víctimas de la represión, "pensamos que al menos 30 personas murieron y 1.400 fueron arrestadas", afirmó este martes el ministro australiano de Relaciones Exteriores, Alexander Downer.
Al menos 1.000 personas arrestadas la semana pasada fueron llevadas a un campus universitario de Rangún donde permanecerían detenidas, señalaron el martes dos funcionarios, uno birmano y otro de la ONU. Hasta 1.700 personas, entre las cuales había unos 500 monjes budistas, estarían en ese campus, precisó el responsable birmano que solicitó el anonimato. Según esta fuente, en ese grupo hay unos 200 mujeres y bonzos novicios, uno de ellos de sólo diez años.
En Bangkok un alto funcionario de la ONU expresó su preocupación por informaciones según las cuales los detenidos ya fueron conducidos a otro lugar.
Tony Banbury, director para Asia del Programa Alimentario Mundial (PAM) de la ONU, afirmó que Naciones Unidas recibió la confirmación de la detención de unas mil personas en el citado campus, en locales que presentó como campamentos de barracas militares.