lunes, 1 de marzo de 2010

CAMARAS PARA LA DEMOCRACIA- CARTA A LOS DIRECTORES DE CINE DE ESPAÑA

Las relaciones del cine con el poder político y como este advirtió su area de influencia sobre la sociedad y la conveniencia de someterlo al servicio de sus ideas. Dio lugar a dos tipos de cine: uno perseguido y otro potenciado por el poder. Eso fue así en Estados Unidos, Europa, en España y tambien en Birmania.

El desarrollo del cine tiene mucho que ver con los procesos democraticos, a veces son lentos y poco considerados, pero cuanto más se les reprime más talento inspiran... porque el cine y las cámaras son una forma de democracia.

Los directores de nuestro pais saben muy bien lo que significo trabajar en unas y otras circunstancias, y eso les llevo a reclamara cambios sustanciales en la manera de entender nuestras imagenes y tambien la democracia. La relación de cine y democracia es muy profunda, rica y comprometida.

En España hoy la democracia ya no es un interrogante, es una realidad palpable, no es un lenguaje, es una forma clara de expresión. Y eso ha afectado a la creación en nuestro país y en la consolidación de nuestra democracia. Este año en Birmania, habra elecciones- no serán democraticas ni libres- pero la sociedad civil va a pasar del fundido en negro al primer plano, y del plano general contaran sus historias al plano corto... Y esto se debe a que los birmanos, tienen muchas cosas que contar de su proceso.

No sabemos si querrar en el futuro hacer peliculas politicas, o romanticas o documentales... pero seguro que quieren que desaparezca la censura y la dictadura: para poder expresar con cámaras y libertad su democracia.

Deseos y esperanzas queremos situar en una dimensión muy concreta: dotar de cámaras y entrenamiento a los jovenes birmanos.

Es bueno directores de cine de España recordar el valor y el sentido de la libertad en un momento en que parece que todo lo que hemos avanzado salio de una nube. Aqui tambien se lucho para tomar las cámaras.

Los birmanos son luchadores que vienen de lejos y han aprendido a contar historias, pequeñas y no tan pequeñas. No podemos hablar de elecciones sin libertad. No podemos hablar de ciudadanos libres con dictadores, ni de espectadores cuando no tienen ni la posibilidad de elegir.
Por eso queremos contar lo que esta pasando en Birmania en primera persona, la realidad de sus vidas, de esos seres humanos que ven arrebatado sus derechos, y entre ellos: el derecho a ficcionar.

¿No tendrán ustedes una cámara que les sobre para un pueblo en transición hacia la democracia?