jueves, 11 de junio de 2009

Asia y sus hijas: ¿ donde han ido a parar 100 millones de mujeres?


¿Cómo puede ser que hayan desaparecido 100 millones de mujeres en Asia en solo unas décadas? ¿Cómo es posible que la selección de los bebes se siga haciendo a semejante escala, en medio de la indiferencia internacional? El progreso económico crece en Asia, en una sociedad sobre informada, híper conectada en la que la “amenaza terrorista” es más importante que la paz: faltan mujeres en Asia. ¿Pero donde están estas mujeres?


Estas mujeres que faltan son niñas que no han podido nacer, o que han sido asesinadas inmediatamente después. Hoy nacen menos niñas que niños en Asia, la desproporción preocupa a los demógrafos que no saben como acertar con semejante escabechina. Si la tendencia continua muchos hombres no podrán casarse y tendremos una Asia envejecida y sin recambio generacional. Pero de donde viene esta epopeya patriarcal que niega a las mujeres su derecho a existir, incluso antes de hacerlo. India, China, Bangladesh, Pakistán, Afganistán y Corea del Sur… son los países que muestran una tendencia más alta. La preferencia por los varones parece obedecer a motivos económicos, el acceso a la ecografía de las clases emergentes y la costumbre de la dote de las hijas ha favorecido el acortamiento de la vida de las niñas.

Sería menos preocupante si solo estuviese sucediendo en Asia, pero la eliminación de las niñas “infanticidio y feticidio”, representa solo la punta del iceberg de un fenómeno mundial que se conoce como: violencia contra las mujeres. En lo más simbólico lo vemos en aquellas mujeres que ven negados sus derechos a la expresión más elemental, encerradas en sociedades donde los valores del masculino violento dominan. ¿Por qué en países que han hecho revoluciones importantes, en clases sociales donde no carecen de educación y prosperidad, se sigue considerando a las mujeres como propiedad de los hombres. Privándolas de la educación, se las mantiene en niveles por debajo del umbral de la pobreza, se las mutila, viola, esclaviza, vende, mata y ahora se les niega el derecho a nacer. Esta violencia universal afecta también a los países con un alto índice de educación y en sociedades avanzadas como la nuestra.


Nunca se permitiría el déficit masculino en la sociedad, el mundo ya habría reaccionado. Este fenómeno es algo nuevo, los antropólogos y sociólogos se preguntan que puede pasar en 40 o 50 años en Asia. La evolución de Asia depende mucho de las clases emergentes, rendidas al mundo del dinero sería bueno que diesen un paso adelante en la igualdad de hombres y mujeres. Es lógico que las clases emergentes preocupadas por su status tiendan a reducir su proviene. Lo que nos daría un continente envejecido. China e India van a la cabeza de esta tendencia, y han sido las que han manifestado una mayor hostilidad hacia sus hijas. Por tanto es urgente que se abra el campo de mirada sobre las mujeres y las generaciones emergentes en Asia. Aunque mientras estos cambios se implementan, los malos hábitos- trata de mujeres, violencia de género, explotación y feticidio- se consolidan más y más.


Si hay ya más hombres que mujeres, la ley de la oferta y la demanda hace que las esposas tengan más pretendientes y aumente su valor en el mercado. Pero significa eso que las mujeres van a poder elegir marido, o mejorar su suerte. Responder sí, sería no conocer Asia, con sus procesos mercantiles. El mercado de las mujeres sacara provecho ilegal de las demandas. En India y China, desde hace años estamos viendo como las mujeres de las áreas rurales donde hay mayor escasez son victimas del tráfico de la población femenina. Ya son muchas las mujeres que se ven compradas y tratadas como esclavas, eso cuando no son compartidas por varios hombres a la vez, violadas y maltratadas. Solo en China en el 2004 se recuperaron 15.000 mujeres que habían sido vendidas por 200 euros y revendidas hasta por 2.000 según afirma el gobierno chino.


Cómo comprar sale muy caro, se está resucitando la costumbre de la poliándrica. El matrimonio de una mujer con varios miembros varones de la misma familia, que es una tradición antigua y poco habitual que practicaron en Asia Central pueblos mongoles, tibetanos, nepalíes y llegó hasta Sri Lanka. Aunque en sus orígenes se practicaba más con el propósito de no dividir las pequeñas parcelas, y que las tierras formasen parte siempre de la misma familia.


En los pueblos y ciudades de Asia, la reducción de las mujeres, novias y esposas ha creado frustración en los hombres. Podríamos establecer una relación entre este hecho y el aumento de la violencia contra las mujeres, la prostitución y la esclavitud sexual. Fenómeno que afecta especialmente a China y el Sudeste Asiático, donde la oferta comercial de sexo en Asia es superior a ningún otro continente, siendo un sector floreciente al que acuden no solo los asiáticos sino también europeos que contribuyen a la esclavización de millones de mujeres


Las mujeres son siempre las victimas pero también los hombres: primero las obligan a abortar si es una hija, o “ poner a dormir a la niña”- forma coloquial de asesinar a la niña recién nacida- , pagar dotes por sus hijas o tener que esconderlas para que no las violen, rapten o esclavicen. Las mujeres se ven obligadas a vivir encerradas en casa y a depender del varón para su protección y seguridad. Hay que dejar claro que no son los más pobres los que rechazan a las niñas hoy en día, sino las clases medias, que quieren imitar un estilo de vida occidental ajeno a sus costumbres.


La eliminación de las niñas ha hecho que Asia sea el continente con más hombres del planeta- pero sin demonizar esa misma tendencia se observa con variables también en todos los continentes-. India, China y el Sudeste Asiático, tendrá que soportar a millones de hombres solteros, que no podrán casarse. Esta brecha sociodemográfica tendrá impactos todavía imprevisibles. Porque nunca la ausencia o la perdida de 100 millones de mujeres en Asia, es la punta del iceberg de un salto desconocido para el resto del mundo.


El caso debe de convertirse en un debate público, más allá de la introducción de mensajes de igualdad en los media y la educación, hay que abordar la emergencia de políticas de transformación radicalmente distintas de protección a la mujer y a las niñas. Resolver el problema exigirá un crecimiento de la sensibilidad masculina, no pensar solamente en términos de prosperidad económica, si no de equilibrio. Tanto en la Asia emergente como en la menos prospera; la búsqueda del materialismo hará derivar a millones de personas. El contraste cotidiano entre la necesidad de adquirir bienes, y el crecimiento de las bolsas de pobreza hace que la carrera por el dinero sea la única mirada. En ese panorama las niñas son por activa o pasiva “solo mercancías”.


El desarrollo económico de Asia, solo será ecuánime si beneficia a todos, no si es provechoso solo para un género o una clase social. Se trata de un principio que durante siglos primó en Asia. India y China hicieron revoluciones importantes para reclamar la abolición de las clases o castas, la subordinación de los pobres a los ricos o de las mujeres a los hombres. El objetivo de ambas revoluciones fueron la emancipación de todas y cada una de las personas, la realización personal y el bienestar colectivo. El modelo económico que ha derivado ha sido más cercano al capitalismo que al socialismo que preconizaron. El modelo económico en detrimento de lo humano los ha convertido en sociedades violentas, militarizadas, individualistas y perdido sus valores éticos tradicionales. Para las clases emergentes que desean convertirse en occidentales a toda costa esos preceptos pueden parecer idealistas, obsoletos y superados. Pero el desarrollo de lo humano sigue constituyendo la base profunda de Asia y del Planeta. Cuando la sociedad llega hasta el punto de reducir a las mujeres al estado de mercancías es inevitable pensar que ha llegado el momento de actuar.