El principal partido de la oposición en Birmania (Myanmar), la Liga Nacional para la Democracia (LND), dijo que la próxima visita del enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, no despierta grandes expectativas ni piensan tratar con él las elecciones que organiza el régimen militar para 2010.
Según informó hoy una radio de la disidencia, Win Tin, de la LND, explicó que Gambari, quien tiene previsto llegar a Rangún el 31 de enero, 'ha efectuado muchas visitas a Birmania en el pasado y casi sin ningún impacto'.
'Si no hace otra cosa de las que normalmente hace en sus visitas, diciendo cosas sin sentido, visitando lugares que el Gobierno quiere que visite y reuniéndose con personas que el Gobierno quiere que vea, entonces pues le apoyaremos pero sin mucha fuerza', manifestó Win Tin, según la versión de la Voz Democrática de Birmania.
El opositor dijo que quieren hablar de la Constitución aprobada antidemocráticamente el año pasado y recordó que en su última estancia en el país, a finales de agosto, 'Aung San Suu Kyi se negó a entrevistarse con él'.
El jefe de la Junta Militar birmana, el general Than Shwe, también rehusó en aquella ocasión reunirse con el enviado especial de la ONU.
Suu Kyi, Nobel de la Paz en 1991, dirige la LND y cumplirá seis años bajo arresto domiciliario el próximo mes de mayo, pena que le impusieron las autoridades en 2003, cuando su popularidad alcanzaba límites preocupantes para los generales que gobiernan el país.
A sus 63 años, Suu Kyi se ha pasado 13 años y 95 días confinada en su casa familiar de Rangún, que habita solo con dos personas de compañía, desde su primera detención en 1989, tras asumir el liderazgo del movimiento democrático.
La nueva visita de Gambari, la séptima desde su nombramiento en 2006, tendrá lugar mientras el Gobierno endurece las condenas a los activistas democráticos y disidentes detenidos por participar en actividades políticas o sociales de cara a las elecciones de 2010.
El pasado diciembre, 112 ex presidentes y primeros ministros de más de 50 Estados miembros de Naciones Unidas enviaron una carta al secretario general del organismo multilateral, Ban Ki-moon, para pedirle que presione a la Junta Militar birmana para lograr la liberación de los 2.200 presos políticos que, aseguran, hay en las cárceles.
La LND ganó con más del 82 por ciento de los votos las elecciones de 1990, las últimas celebradas en el país, pero los generales derrotados nunca reconocieron el resultado de las urnas.
La Junta Militar refrendó el año pasado en las urnas una Constitución que le garantiza la continuidad en el poder y se lo niega a Suu Kyi, y ahora prepara las elecciones parlamentarias.