jueves, 30 de julio de 2009

El icono de la democracia espera su sentencia en Rangoon


El juicio contra la líder de la democracia Aung san Suu Kyi acaba con un refuerzo de la seguridad alrededor de la prisión donde fue juzgada. Cientos de camiones de soldados armados se aglutinan alrededor de la prisión de Insein, el juicio ya ha concluido. Según el abogado de la oposición Nyan Win, el jurado anunciará el veredicto mañana.


En este momento crucial se espera presión internacional a la junta militar.
Se juzga a Aung San Suu Kyi por romper los términos de arresto domiciliario, acusada de acoger a un indeseado estadounidense veterano de la guerra de Vietnam, John William Yettaw, que en ningún momento había sido invitado. Este nadó por el lago detrás de su casa y se coló en su jardín.
Los abogados de Aung San Suu Kyi presentaron el pasado viernes los argumentos finales, En los cuales figura que la ley de la constitución de 1974 según la cual es juzgada no está en vigor.
También argumentan que los guardias que vigilaban a Suu Kyi para que no se escapara, deberían ser responsables de que nadie entrara en su propiedad.
La detención de Aung San Suu Kyi en Rangoon nunca fue oficial- sino que se le aplicó el concepto de “razones de seguridad” así que nunca ha podido romper la cuenta de arresto domiciliario.
Si se le encuentra culpable cumplirá una pena máxima de cinco años en prisión mientras que el nadador sólo cumplirá tres meses. También cumplirá una pena por haber invadido la propiedad privada. El Sr. Yettaw ha alegado haber actuado porque vio en un sueño que la iban a matar. Hyunt Wams ha explicado a los diplomáticos que Aung San Suu Kyi no estaba bajo arresto domiciliario sino que estaba en custodia preventiva. “El guión del juicio ha estado totalmente estricto, y el veredicto también” dijo el embajador británico en Rangoon.
“Nadie duda que será condenada” dice Moe, un taxista de Maypidaw. Muchos birmanos están esperando ansiosos el resultado del juicio, muchos analistas estiman que se pueden producir protestas públicas en la línea del 2007, cuando cientos de manifestantes tomaron las calles.
No hay ninguna duda, la gente está enfadada con el régimen, y lo estará más con la sentencia. Dawn Suu puede pedir a su gente que se levante contra la dictadura tal y como lo hizo el pasado 2007. La gente sigue preocupada por el día a dia, pero tomará las calles si las protestas internacionales de apoyo a los líderes birmanos tiene la fuerza suficiente.
En esta última semana Asean ha pedido la liberación de Suu Kyi. Clintton subrayó los beneficios de la liberación pero el régimen parece tener una animosidad regresiva hacia Suu Kyi y no está dispuesto a colaborar considerando la liberación de los presos como algo sin sentido e irracional.
El caso de Aung San Suu Kyi es puramente legal, el periódico anunciaba: “Encontrará castigo de acuerdo con la ley: el tribunal refutará cualquier alegación razonable contra ella, si la considera culpable y la soltará si la encuentra inocente”.
Pero los críticos dicen que el tribunal ha sido extremadamente tendencioso a medida que la acusación tenía veintitrés testigos, 14 de los cuales, apoyaron su versión, a la defensa solo se le permitió dos de los cuatro testigos que pidieron.
Birmania no tiene un poder judicial independiente de acuerdo con los derechos humanos.
“No es cuestión de si el juicio es juicio es justo o no, lo primero es que ella nunca debería haber ido a juicio” dice Benjamín Zawacki, encargado de Amnistía Internacional en Birmania “Como prisionera de conciencia, debería ser liberada inmediatamente”.
“Estos cambios solo son un completo y cruel invento para mantener a Daw Aung San Suu Kyi detenida” dice el profesor Paulo Pinheiro, formador de los derechos humanos de Las NNUU.
Mientras que Aung San Suu Kyi esperaba el veredicto de su juicio se espera más presión internacional. Ya se han hecho esfuerzos para apoyar su figura. Se le acaba de nombrar “Embajadora de Conciencia 2009” por la organización inglesa pro-derechos humanos Amnistía Internacional. El premio lo recibió en su nombre el cantante de rock irlandés de la banda U2, que antes ya lo había recibido y lleva apoyando desde hace bastante tiempo las campañas por la liberación de Suu Kyi.
Aung San Suu Kyi ha pasado más de 14 de los 20 últimos años en arresto domiciliario. Su última detención empezó en mayo del 2003, después de que ella y sus partidarios fueran atacados por patrullas pro-junta, en un viaje por el centro de Birmania. Su primer arresto fue en Julio de 1989 y pasó 6 años de arresto domiciliario hasta que la soltaron en 1995.
Los últimos 5 años ha estado en régimen de aislamiento, permitiéndole tn solo, visitas ocasionales de su médico o su abogado.
El enviado de las NNUU a Birmania, Ibrahim Gambarir, la ha visto 6 veces en los últimos años pero el secretario general de las NNUU Ban Ki-Moon no obtuvo permiso para verla durante su visita de dos días al país a principios de mes.
“Es adecuado que reciba su premio (Embajadora de Conciencia de Amnistía) en su 20 aniversario del inicio de su lucha por los derechos humanos en Birmania”, dice Benjamín Zawacki de Amnistía Internacional. “Desde hace 20 años y, aunque detenida, sigue siendo un bastón de esperanza para la gente birmana y del mundo entero”.

Pero la mayoría de observadores y analistas no creen que la cabeza militar birmana vaya a escuchar las llamadas internacionales de justicia y dejen libre a Suu Kyi. “Han ignorado todos los tratados internacionales y siguen con su prácticas represoras y devastadoras contra todos los disidentes, con sentencias extremadamente duras por los crímenes de protesta a favor de la democracia”, apela el Sr. Pinheiro