Ban abandonó Birmania con las manos vacías luego de dos días de visita y un abrupto rechazo de parte del número uno birmano, el generalísimo Than Shwe, a pesar de haberse reunido con él dos veces.
El jefe de la ONU dijo estar "produndamente decepcionado" y expresó duras críticas contra la junta, que justificó su negativa por el hecho de que Suu Kyi estaba siendo procesada judicialmente.
Than Shwe respondió a Ban que "el caso se está tratando de manera libre y justa, entonces no tienen derecho a organizar una reunión entre el secretario general y Aung San Suu Kyi", informó este domingo el diario oficial The New Light of Myanmar.
La líder de la oposición birmana está detenida desde mediados de mayo en la prisión de Insein (norte de Rangún) acusada de haber violado las condiciones de su arresto domiciliario al haber alojado a un estadounidense, y podría ser condenada a cinco años de cárcel.
"Si Ban dice que está decepcionado, es porque debe ser realmente grave, significa en realidad que no obtuvo nada. Tendría que haber entendido que esta visita sería decepcionante", declaró a la AFP David Mathieson, de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch.
"Ahora, va a regresar a Nueva York e informar al Consejo de Seguridad diciéndoles más o menos esto: 'no hemos obtenido ningún resultado'. Hay que repensar seriamente nuestra estrategia con respecto a Birmania", consideró.
Los grupos de defensa de derechos humanos habían advertido que la visita de Ban Ki-moon sería considerada un fracaso si no lograba reunirse con la premio Nobel de la Paz. El propio secretario general había anunciado que su misión sería "muy difícil".
Sin embargo, Ban había logrado una victoria diplomática en mayo de 2008, cuando realizó una histórica visita a Birmania luego del ciclón Nargis, que dejó 138.000 muertos o desaparecidos.
Se trataba de la primera visita a Birmania de un secretario general de la ONU desde 1964.
Pero esta vez, perdió su apuesta de un segundo éxito diplomático.
Ban, que vaciló mucho antes de emprender esta visita, había decidido finalmente realizarla luego de consultarlo con su emisario para Birmania, Ibrahim Gambari, que acababa de viajar allí para preparar el viaje de su jefe.
"Los generales hicieron venir a Ban por cuestiones de relaciones públicas", considera Zarni, experto birmano en la London School of Economics. "Este régimen no tiene absolutamente ningún interés en trabajar en colaboración con la ONU, sea como sea", dijo.
El portavoz del partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), reconoció que el veto de los generales era "lamentable". Pero, consideró Nyan Win, "no queremos hablar de fracaso de su visita, porque no conocemos el detalles de las conversaciones que (Ban Ki-moon) mantuvo con el general Than Shwe".
Para Aung Myo Thein, de la Asociación de Presos Políticos, la intransigencia de la junta podría provocar una reacción de la comunidad internacional.
"En cierto sentido es una buena cosa. Ahora, la gente puede ver claramente las intenciones del régimen", afirmó.
La junta quiere organizar elecciones en 2010, pero la oposición y muchos países occidentales dudan de que sean realmente libres.
El ejército está en el poder desde 1962 en Birmania. En 1990, la LND había vencido en las elecciones legislativas, pero los militares no quisieron reconocer los resultados.