El principal partido de la oposición en Birmania (Myanmar) expresó hoy sus reservas sobre el anuncio de que la Junta Militar prepara una amnistía de presos políticos ante las elecciones convocadas para el próximo año.
La posibilidad de decretar una amnistía fue revelada anoche el embajador birmano ante Naciones Unidas, Than Swe, unos días después de la visita al país del secretario general del organismo mundial, Ban Ki-moon.
Sin embargo, la prensa oficial del régimen todavía no lo ha confirmado y la Liga Nacional por la Democracia (LND) duda de que el régimen realmente se plantee poner en libertad a su líder, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, a quien se sigue juzgando en Rangún por haber violado los términos de su arresto domiciliario.
Hace cinco meses, apenas una decena de presos políticos se hallaron entre los más de 6.000 reclusos que salieron a la calle en la última amnistía de la Junta Militar.
El diplomático birmano explicó que la iniciativa pretende dar vía libre a la oposición para que tome parte en los comicios, pensados para perpetuar en el poder a los generales y tachados de "farsa" por todos los grupos de la disidencia.
Than Swe señaló que el régimen estudiará las recomendaciones de la ONU, pero dejó claro que no aceptarán ninguna intervención del exterior en sus asuntos internos.
Previamente, el secretario general informó al Consejo de Seguridad de su visita a Birmania, en la que se reunió dos veces con el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe, pero fracasó en su intento de entrevistarse con Suu Kyi.
Ban exigió la liberación inmediata de todos los presos políticos, incluyendo a la Nobel de la Paz.
Por su parte, el diario oficial "New Light of Myanmar", que el régimen emplea para difundir sus mensajes, publicó hoy un editorial defendiendo la gestión de la visita del jefe de Naciones Unidas y criticando la excesiva atención, en su opinión, prestada al juicio a Suu Kyi.
Según el periódico, el hecho de que Than Shwe recibiera dos veces a Ban Ki-moon es prueba suficiente de que la Junta Militar colabora con la ONU.
Birmania es una dictadura militar desde 1962 y no celebra elecciones democráticas desde 1990, cuando la LND barrió en las urnas al partido de los generales, que se negaron a acatar el veredicto.