El escenario de la inauguración de esta comisión, cuya independencia y efectividad ha sido cuestionada por un amplio abanico de grupos de defensa de las libertades básicas, fue la localidad tailandesa de Hua Hin, sede de la cumbre anual de la ASEAN.
Los líderes "prometen apoyo total al nuevo órgano de la ASEAN y enfatizan su compromiso para desarrollar la cooperación, promover y proteger los derechos humanos en la región", señaló la organización en un comunicado tras el acto oficial al que faltaron cinco de los diez jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros.
La ceremonia, a la que no se permitió la entrada de la delegación de activistas que pretendían representar a la sociedad civil, se celebró sin la presencia de la presidenta de Filipinas, que informó de que llegaría con retraso, ni de la de los líderes de Camboya, Indonesia, Malasia, ocupados con otros menesteres.
"Esto es realmente decepcionante, completamente contrario a aquello que dicen que van a hacer", se lamentó Khin Ohmar, activista birmano de la organización no gubernamental Foro del Pueblo de la ASEAN.
La comisión, fruto de muchos años de debate entre los países de la ASEAN, carece de un mandado para imponer sanciones a los Estados que ignoren los derechos humanos, tampoco podrá intervenir en aquellos casos de abuso y se limitará a promover su respeto.
Naciones Unidas advirtió esta semana a la ASEAN de que su comisión "tendrá que trabajar muy duro para convertirse en un mecanismo regional y ayudar a cerrar la brecha existente entre la retórica sobre los derechos humanos y la realidad sobre el terreno".
La ASEAN es desde la incorporación de Birmania, en 1997, blanco de las críticas de Occidente por ignorar los abusos de los derechos humanos dentro de su grupo, especialmente por eludir hacer presión sobre el régimen militar de Birmania (Myanmar), para que haga una reforma democrática y ponga en libertad a los presos políticos.
Además de la líder opositora y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, que cumple desde el pasado agosto otra condena de 18 meses de arresto domiciliario por transgredir la que cumplía desde 2003, al menos otros 2.100 birmanos permanecen encarcelados en su país por motivos políticos, según Amnistía Internacional.
La situación de los derechos humanos tampoco es de respeto en otros miembros países miembros de la ASEAN cómo Vietnam y en Laos, donde la oposición a sus respectivos gobiernos comunistas se castiga con penas de cárcel, denuncia a menudo la organización Human Rigths Watch.
Con la aparente intención de mejorar su reputación ante la comunidad internacional, los líderes asiáticos promulgaron el año pasado, la carta de principios de la ASEAN, que contemplaba la creación de comisión de derechos humanos, un aspecto que nunca fue prioritario para esta organización regional.
La ASEAN nació en 1967 de la mano de Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia para frenar la expansión del comunismo en el Sudeste Asiático.
Esta meta quedó definitivamente aparcada después de que, tras unirse Brunei con su monarquía absolutista, y a mediados de la década de los noventa, la ASEAN acogiera en su seno a los regímenes socialistas de Vietnam y Laos, así como a Birmania y a Camboya, que emergía tras más de treinta años de guerra civil.
La ASEAN está formada por Brunei, Birmania (Myanmar), Camboya, Filipinas, Laos, Malasia, Indonesia, Singapur, Tailandia y Vietnam.