San Sebastián.- La presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero, ha pedido hoy al Gobierno español que recupere el dinero entregado a la ONU, destinado a ayudar a Birmania tras el paso del ciclón Nargis, porque no está llegando a la población civil.
Este llamamiento ha tenido lugar tras la firma de un convenio con la presidenta de la asociación "Birmania por la Paz", Concha Pinós, a través del cual el parlamento provincial entregará 30.000 euros para la compra de alimentos y medicinas que se enviarán a las víctimas del ciclón.
Romero ha asegurado que las organizaciones que trabajan dentro de la ONU, como el Programa Mundial de Alimentos, no pueden ofrecer garantías de que las ayudas lleguen a la población birmana.
Según la presidenta de las Juntas Generales, existe conocimiento de que recursos destinados a proyectos de viviendas para los damnificados están siendo utilizados por la Junta Militar birmana "en la construcción de complejos turísticos" de lujo, lo que ha tachado de "intolerable e inadmisible".
Por ello, otros recursos económicos están "en una cuenta corriente de Naciones Unidas generando intereses" ya que la Junta Militar "sigue impidiendo la ayuda humanitaria".
Ha añadido que "es hora de exigir responsabilidades a los organismos internacionales que siguen siendo conniventes con la vulneración de los derechos humanos en Birmania, incluso con la ayuda humanitaria enviada para paliar los efectos devastadores del ciclón Nargis, mediante su entrega a la Junta Militar", a la que ha acusado de practicar "el holocausto" con sus ciudadanos.
El dinero donado por las Juntas Generales será puesto en manos de organizaciones que, en palabras de Romero, "son las únicas que garantizan la llegada de la ayuda humanitaria al pueblo birmano", que, muchas veces, introducen los sacos de comida a pie cruzando la frontera desde Tailandia.
Romero ha añadido que "Guipúzcoa es líder en economía, líder en recursos y también líder en solidaridad", tras lo que ha subrayado que España es el quinto donante de ayuda humanitaria a Birmania y que, hace más de un mes, ingresó 2.000 millones de euros.
El sur de Birmania continúa devastado después de que a principios de mayo del 2008 el Nargis causase más de 22.000 muertos y casi el doble de desaparecidos en Birmania, además de arrasar cosechas y viviendas.
Romero ha asegurado que las organizaciones que trabajan dentro de la ONU, como el Programa Mundial de Alimentos, no pueden ofrecer garantías de que las ayudas lleguen a la población birmana.
Según la presidenta de las Juntas Generales, existe conocimiento de que recursos destinados a proyectos de viviendas para los damnificados están siendo utilizados por la Junta Militar birmana "en la construcción de complejos turísticos" de lujo, lo que ha tachado de "intolerable e inadmisible".
Por ello, otros recursos económicos están "en una cuenta corriente de Naciones Unidas generando intereses" ya que la Junta Militar "sigue impidiendo la ayuda humanitaria".
Ha añadido que "es hora de exigir responsabilidades a los organismos internacionales que siguen siendo conniventes con la vulneración de los derechos humanos en Birmania, incluso con la ayuda humanitaria enviada para paliar los efectos devastadores del ciclón Nargis, mediante su entrega a la Junta Militar", a la que ha acusado de practicar "el holocausto" con sus ciudadanos.
El dinero donado por las Juntas Generales será puesto en manos de organizaciones que, en palabras de Romero, "son las únicas que garantizan la llegada de la ayuda humanitaria al pueblo birmano", que, muchas veces, introducen los sacos de comida a pie cruzando la frontera desde Tailandia.
Romero ha añadido que "Guipúzcoa es líder en economía, líder en recursos y también líder en solidaridad", tras lo que ha subrayado que España es el quinto donante de ayuda humanitaria a Birmania y que, hace más de un mes, ingresó 2.000 millones de euros.
El sur de Birmania continúa devastado después de que a principios de mayo del 2008 el Nargis causase más de 22.000 muertos y casi el doble de desaparecidos en Birmania, además de arrasar cosechas y viviendas.