La organización no gubernamental EarthRights Internacional (ERI) denunció hoy asesinatos y otros abusos por parte del servicio de seguridad que protege el gasoducto de Yadana que gestionan la estadounidense Chevron y la francesa Total en Birmania (Myanmar).
"Total y Chevron aseguran que los abusos en relación con su proyecto han parado, pero no es cierto, trabajos forzados, asesinatos y otros abusos son cometidos por el servicio de seguridad de Total y Chevron", afirmó el coordinador de ERI, el birmano Naing Htoo, en rueda de prensa en Bangkok.
Al menos cinco personas han muerto asesinadas, la última de ellas una joven de la etnia mon el pasado marzo, según los dos informes presentados por la ONG y que documentó Naing Htoo con declaraciones y testimonios de residentes recogidos entre 1994 y 2009 en más de 40 aldeas situadas en la zona por donde pasa el gasoducto.
ERI, radicada en Estados Unidos y fundada por Ka Hsaw Wa, un miembro de la etnia karen que participó en las multitudinarias manifestaciones antigubernamentales de 1988, aporta también fotografías.
"En lugar de aceptar su responsabilidad para mitigar el perjuicio causado, a día de hoy, Total y Chevron continúan falseando el impacto del proyecto en Birmania en detrimento de las personas que han sido afectadas directamente y del país en su conjunto", señala uno de los estudios.
A través de entrevistas, ERI describe la utilización por parte del Ejército birmano de niños soldados, a los que maltrata, para que obliguen a los residentes locales a trabajar gratis en el gasoducto de Yadana.
"Hemos tenido que abandonar la agricultura porque ya no tenemos tierras", asegura un birmano, y añade que los agentes de seguridad contratados por Chevron y Total le expropiaron a la fuerza sus propiedades.
Otros vecinos denuncian que tampoco ha tenido en cuenta el impacto ambiental el proyecto construido entre 1994 y 2000, que recorre 60 kilómetros entre el mar de Andamán y Tailandia, en la región birmana de Tenasserim, donde viven diversos grupos étnicos.
La explotación del gasoducto ha proporcionado al régimen militar 4.830 millones de dólares (3.318 millones de euros) en beneficios en los últimos ocho años, fondo que ha desviado en su mayor parte a dos bancos de Singapur: Overseas Chinese Banking Corporation (OCBC) y al DBS Gropu.
ERI dijo que los beneficios que Total y Chevron procuran a la Junta Militar aminoran el impacto de las sanciones impuestas por la comunidad internacional con la intención de presionar al Gobierno del país para que acometa reformas democráticas y respete los derechos humanos.
"La elite militar está escondiendo en Singapur miles de millones de dólares que pertenecen a los ciudadanos birmanos, quienes se encuentran entre las poblaciones más pobres de Asia", indicó Matthew Smith, miembro de ERI.