Miles de personas de diversas religiones se congregaron hoy en Bangkok para rezar por la paz y la reconciliación en Tailandia, poco antes de que un doble atentado con explosivos dejara dos muertos y más de 40 heridos en el sur del país.
La oración, en la que participaron budistas, cristianos, musulmanes e hindúes, comenzó esta madrugada en distintas zonas de la capital, a una semana del asalto del ejército al campamento que los manifestantes opositores “camisas rojas” mantenían desde hace dos meses.
La jornada de oración tuvo lugar en 10 puntos de la capital tailandesa, incluidas las ruinas del centro comercial incendiado la semana pasada por los “camisas rojas” en respuesta a la rendición de sus líderes, reportó el diario Bangkok Post en su página web.
“Estamos rezando para que Dios ayude a nuestro país; la situación está tranquila ahora pero el miedo sigue en nuestro corazón porque nadie sabe qué puede pasar en el futuro”, dijo a la prensa Sumitr Khorana, un líder de la comunidad hindú.
Al menos 88 personas, la mayoría manifestantes, murieron durante los dos meses de protestas, incluidas 16 que fallecieron el miércoles de la semana pasada en el asalto del ejército contra el campamento que mantenían los “camisas rojas” en el corazón financiero de Bangkok.
Además, mil 800 heridos, casi 40 edificios incendiados, saqueos y pérdidas económicas calculadas en 3.7 millones de dólares constituyen el saldo de la ola de violencia en Bangkok, según cifras tailandesas.
La jornada de oración coincidió con dos atentados con bomba perpetrados en el sur de Tailandia, escenario de una rebelión separatista, con un saldo de dos muertos y más de 40 heridos, informó la policía tailandesa, citada por el Bangkok Post.
La primera bomba estalló a las 10:15 horas frente a una concesionaria de automóviles en Yala, principal ciudad de la provincia del mismo nombre, y 10 minutos después estalló otra cerca del lugar, a donde policías y socorristas habían llegado.
La policía atribuye el doble atentado a los insurgentes islámicos, que en el pasado han atacado a funcionarios en el marco de su guerra separatista que ha dejado más de cuatro mil muertos desde 2004.