El magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón considera que retener la ayuda humanitaria necesaria para ayudar a los más necesitados debe considerase también un crímen contra la humanidad.
Así lo afirma en el prólogo del libro "Ángeles de Wukro", escrito por Mayte Pérez Báez, que refleja el trabajo del misionero español Ángel Olaran en Wukro (Etiopía) para que las personas más pobres puedan tener un vida más digna.
"No es preciso que se declare una guerra o que se invada un país para que se pueda acusar de crímenes contra la Humanidad a responsables y líderes políticos", dice Garzón.
"Bastaría con revisar las actuaciones de líderes como los de la Junta Militar que gobierna Myanmar (antigua Birmania) cuando retuvieron los envíos de ayuda humanitaria, tras el ciclón que arrasó este país hace menos de un año, llevando a la muerte a miles de personas", añade.
También critica Garzón la actuación de "empresarios y gobiernos que propiciaron la depredación de los recursos naturales en zonas de alta conflictividad étnica en el centro de África; o la de los responsables de trata de seres humanos, como forma de esclavitud moderna y lucrativa, desde África, Latinoamérica o Asia".
En su opinión, "el día en que un Gobierno aplique como único programa la Declaración Universal de Derechos Humanos comenzará un verdadero cambio en el mundo