El portavoz de la LND, Nyan Win, indicó que 'muchos' militantes y seguidores han sido arrestados y esperan a ser juzgados desde principios de año, de los que al menos 30 han sido condenados en el último mes a penas de hasta dos años y medio de prisión.
Win señaló que el régimen birmano está aumentando su presión sobre la oposición 'para que puedan manipular los comicios de la forma que deseen', según fuentes de la disidencia en Tailandia.
Las elecciones de 2010 forman parte de la llamada 'hoja de ruta' hacia la democracia anunciada el año pasado por la Junta Militar, y tachada de farsa por la LND, el movimiento estudiantil, los monjes budistas y las minorías étnicas.
El pasado mayo, la emergencia humanitaria causada por el ciclón Nargis no impidió la celebración del referéndum en el que se aprobó la Constitución sancionada por los generales y que otorga a éstos un papel protagonista en el futuro del país.
Más de 2.100 presos políticos siguen encarcelados en las cárceles birmanas, según datos de Amnistía Internacional.
La mayoría se halla en la prisión de Insein al norte de Rangún, donde los reclusos malviven en condiciones infrahumanas, hacinados en minúsculas celdas y bajo la amenaza constante de la tortura.
Entre los presos políticos está la líder opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, aunque en su caso bajo arresto domiciliario desde 2003.
Birmania está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones democráticas desde 1990, cuando la LND de Suu Kyi aplastó al partido oficial, aunque los resultados nunca fueron reconocidos por el régimen.