La junta militar está estrechando al cerco a la disidencia política antes de las elecciones generales previstas para 2010, aseguró ayer miércoles el principal partido opositor, la Liga Nacional por la Democracia (LND).
El portavoz de la LND, Nyan Win, indicó que “muchos” militantes y seguidores han sido arrestados y esperan a ser juzgados desde principios de año, de los que al menos 30 han sido condenados en el último mes a penas de hasta dos años y medio de prisión.
Win señaló que el régimen birmano está aumentando su presión sobre la oposición “para que puedan manipular los comicios de la forma que deseen”, según fuentes de la disidencia en Tailandia.
Las elecciones de 2010 forman parte de la llamada “hoja de ruta” hacia la democracia anunciada el año pasado por la junta militar.
El pasado mayo, la emergencia humanitaria causada por el ciclón “Nargis” no impidió el referéndum en el que se aprobó la Constitución sancionada por los generales y que les da rol protagonista.
Más de 2 mil 100 políticos siguen encarcelados, según datos de Amnistía Internacional. La mayoría está en la prisión de Insein al norte de Yangon, donde los reclusos malviven en condiciones infrahumanas, bajo la amenaza constante de la tortura.
Entre los presos políticos está la opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003.