El pueblo "debe informar a las autoridades de cualquier conducta sospechosa", indicó un aviso publicado hoy en el diario oficial "New Light of Myanmar", que el régimen birmano emplea para difundir sus mensajes.
La prensa estatal alteró el recuento de víctimas de ayer, restando un fallecido y elevando a 170 los heridos.
Según las autoridades birmanas, los artefactos explosivos fueron detonados cerca del lago Kandawgyi y justo cuando miles de personas participaban en las festividades del Thingyan o Año Nuevo budista.
Las explosiones se produjeron al lado de las casetas levantadas para la celebración y de empresas afines a la Junta Militar, y entre los heridos hubo varios policías.
Por el momento, el régimen no ha atribuido la responsabilidad a ningún grupo en concreto, pero Rangún ha sufrido en el pasado ataques similares, por los que han sido acusados grupos disidentes en la clandestinidad y las guerrillas étnicas.
En mayo de 2005, once personas murieron y 160 fueron heridas al estallar tres bombas en un centro de convenciones y un supermercado.
Los ataques de ayer tuvieron lugar cuando la Junta Militar se prepara para organizar las primeras elecciones legislativas desde 1990, boicoteadas por la opositora Liga Nacional por la Democracia encabezada por Aung San Suu Kyi.
Birmania está gobernada por los uniformados desde 1962.