La oposición de Birmania exigió hoy poder reunirse con su líder, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, después de que un informe de Naciones Unidas denunciara que su arresto domiciliario es ilegal según las propias leyes birmanas.
Los dos forman parte de los más de 2.100 presos políticos todavía encarcelados por sus ideas en el país, según Amnistía Internacional.
La LND envió hace una semana una carta en ese sentido al jefe de la Junta Militar, general Than Shwe, pero hasta el momento no ha recibido repuesta alguna.
La petición de la disidencia tiene lugar apenas horas después de que el grupo de trabajo de la ONU sobre detenciones arbitrarias divulgara que Birmania incumple sus propias leyes al mantener bajo arresto domiciliario a Suu Kyi.
Según el organismo mundial, el régimen birmano ya ha superado el plazo máximo de cinco años de detención sin cargos que establece su propia legislación al respecto, que data de 1975.
Naciones Unidas también pone en duda de que la líder opositora, de 62 años, siga representando una amenaza grave para la seguridad del Estado, como defienden los militares para justificar su arresto domiciliario.
Birmania es una dictadura militar desde 1962 y no celebra elecciones democráticas desde 1990, cuando la LND de Suu Kyi barrió en las urnas al partido oficial, un resultado que jamás fue acatado por los generales.
El régimen birmano ha convocado comicios generales para el próximo año, pero a ellos no podrá concurrir la Nobel de la Paz por haber estado casada en el pasado con un extranjero, según la Constitución aprobada por referéndum en 2008.