Si la investigación revela que no es así, el fondo noruego podría poner a la venta sus acciones en la empresa alemana, valoradas en 715 millones de euros.
Siemens pagó cerca de 1.000 millones de euros en acuerdos extrajudiciales para resolver demandas presentadas contra la empresa en Alemania y Estados Unidos, en las que se denunciaban pagos por un total de 1.300 millones euros para asegurarse contratos en el extranjero.
Habitualmente, el fondo de pensiones noruego vende su participación en empresas que incumplen su política de exclusiones, sin embargo en el caso de Siemens ha preferido emplear su voto en la junta de accionistas para contribuir al cambio de comportamiento de la empresa, lo que apunta un cambio en el modo de operar la entidad nórdica.
"Poniendo a la empresa en observación, nosotros, como inversores, manifestamos nuestro interés en que sus medidas contra la corrupción funcionen como deben, de ese modo contribuiremos a hacer presión para que Siemens abandone las prácticas corruptas", destacó Kristin Halvorsen, ministra noruega de Finanzas.
Por contra, el fondo de pensiones noruego ha decidido vender su participación, cercana a 3,5 millones de euros, en el grupo de automoción chino Dongfeng Motor Group, como forma de protesta por la venta de camiones al ejército del gobierno militar de Birmania.
La Unión Europea y Estados Unidos han decretado embargos a la venta de armamento a Birmania, y desde 2007 numerosos inversores institucionales empezaron a verificar que las empresas con operaciones en aquel país en las que invertían no estaban relacionadas con violaciones de los derechos humanos cometidas en el mismo.
Siemens pagó cerca de 1.000 millones de euros en acuerdos extrajudiciales para resolver demandas presentadas contra la empresa en Alemania y Estados Unidos, en las que se denunciaban pagos por un total de 1.300 millones euros para asegurarse contratos en el extranjero.
Habitualmente, el fondo de pensiones noruego vende su participación en empresas que incumplen su política de exclusiones, sin embargo en el caso de Siemens ha preferido emplear su voto en la junta de accionistas para contribuir al cambio de comportamiento de la empresa, lo que apunta un cambio en el modo de operar la entidad nórdica.
"Poniendo a la empresa en observación, nosotros, como inversores, manifestamos nuestro interés en que sus medidas contra la corrupción funcionen como deben, de ese modo contribuiremos a hacer presión para que Siemens abandone las prácticas corruptas", destacó Kristin Halvorsen, ministra noruega de Finanzas.
Por contra, el fondo de pensiones noruego ha decidido vender su participación, cercana a 3,5 millones de euros, en el grupo de automoción chino Dongfeng Motor Group, como forma de protesta por la venta de camiones al ejército del gobierno militar de Birmania.
La Unión Europea y Estados Unidos han decretado embargos a la venta de armamento a Birmania, y desde 2007 numerosos inversores institucionales empezaron a verificar que las empresas con operaciones en aquel país en las que invertían no estaban relacionadas con violaciones de los derechos humanos cometidas en el mismo.