Una joven japonesa de nombre Umiko duerme mientras su alumno de meditación le habla al oído. Su voz forma parte de la curación espiritual con la que Umiko pretende vencer al cáncer. De eso trata 'El silenci', el debut narrativo del periodista y escritor Gaspar Hernàndez, aficionado a la psicología y a la nueva espiritualidad, ganadora de la XLI edición del premio Josep Pla de novela en lengua catalana fallado el pasado martes
Se define como "un lector compulsivo". Copresenta, junto a Jordi Llavina, el programa de libros El Book Insítnia de las televisiones locales y el programa L'ofici de viure en Catalunya Ràdio, además de prodigar sus reveladoras columnas en EL MUNDO de CATALUNYA. Ahora Gaspar Hernàndez (La Garrotxa, 1971) salta a la novela y lo hace con premio.
Pregunta.- Vaya debut narrativo, ¿cómo se siente? Respuesta.- Pues, muy bien. Es un honor para mí y estoy muy agradecido del prestigio que conlleva el Josep Pla, porque además es uno de mis autores de cabecera.
P.- ¿Quién narra El silenci?
R.- Es un narrador que no tiene nombre que funciona como una suerte de álter ego. Creo que en cierto sentido he practicado la autoficción. Es un locutor de radio, al igual que yo, que aprovecha las propiedades curativas de la voz, porque Umiko, la protagonista de la novela, también cree en ellas. Y él le habla durante toda una noche a esa bella durmiente desnuda. La historia básicamente tiene la forma de un largo monólogo.
P.- ¿Y cómo se narra el silencio, ahora sin comillas?
R.- Bueno, ése es el objetivo de la meditación, alcanzar el silencio interior. Todas las tradiciones místicas coinciden en este punto: en el silencio entre pensamientos se encuentra la gran verdad.
P.- Usted sabe de lo que habla. ¿Hace meditación acaso?
R.- Sí, practico la meditación vipassana, una de las técnicas más antiguas de la India que consiste en dejar fluir los pensamientos.Justamente Umiko es profesora de esta técnica de meditación y se la enseña al narrador. Llega un día en que le pide a su alumno que le hable toda una noche mientras ella duerme y, para consumar la curación, que realice un acto muy extraño que va más allá de la palabra... Pero no lo puedo revelar.
P.- Mientras ella yace desnuda, ¿espiritualidad o erotismo?
R.- Es cierto, una gran tensión erótica atraviesa el relato, pero está mezclada con la presencia de una grave enfermedad.Me impactó mucho la lectura de La casa de las bellas durmientes, de Kawabata, y quise rendirle un homenaje con esta novela, a él y a Tanizaky.
P.- ¿Cómo surgió esta novela?
R.- Surge de una chica que conocí que creía en la curación a través de la mente. Primero la tomé por una delirante, pero luego me puse a investigar el tema.
P.- ¿Y qué descubrió?
R.- Que las llamadas terapias alternativas no son tan alternativas como parecen. Esa es la tesis que defiende de la novela. Se tendría que experimentar más con los fenómenos de curación o «remisiones espontáneas». En EEUU se ha comenzado a investigar los mecanismos de autocuración con resultados sorprendentes, pero a las farmacéuticas no les interesa y no están por la labor.