El portavoz de la LND, Nyan Win, indicó que la prueba de que el régimen no ha levantado la presión son las sentencias a cinco años de cárcel impuestas el lunes pasado a siete miembros de la LND acusados de planear un atentado.
"Desde nuestro punto de vista, son un signo de mayor represión sobre los miembros de la LND y las actividades democráticas", señaló el veterano Win, según la emisora Voz Democrática de Birmania.
Las sentencias de los cinco reos se pronunciaron en la sórdida prisión de Insein, a las afueras de Rangún, donde la Junta Militar suele encerrar a los enemigos del Estado.
La esposa de Aung Than Tun, condenado a cinco años, denunció el proceso y aseguró que el fiscal "no pudo probar nada durante el juicio".
La denuncia de la LND surge unos días después de que el Gobierno birmano expresase su disposición a dialogar con Estados Unidos, durante una visita al país de un funcionario norteamericano, y de que la Unión Europea dijera estar "preparada para suspender las sanciones" a Birmania (Myanmar) si dan los pasos necesarios para democratizar el país.
El enviado especial para Birmania de la Unión Europea (UE), Piero Fassino, matizó el pasado día 25, durante una visita a Yakarta, que hasta la fecha los avances no han sido suficientes y además la Junta Militar prepara las elecciones de forma "unilateral".
Según la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos en Birmania, las cárceles birmanas encierran a 2.128 disidentes, aunque el régimen no los reconozca como tales y los clasifique como delincuentes, terroristas y desestabilizadores.
El preso político más conocido es Suu Kyi, quien lleva bajo arresto domiciliario desde 2003.
La Junta Militar aprobó el año pasado en las urna una nueva Constitución en la que se garantiza su permanencia en política y que descalifica a Suu Kyi para ocupar la jefatura del Estado por haber estado casada con un extranjero.
La última vez que se celebraron elecciones en Birmania fue en 1990 y ganó con más del 82 por ciento de los votos válidos emitidos Suu Kyi y su LND, pero las autoridades no reconocieron el resultado.
Birmania está sometida a una dictadura militar desde 1962.