La lucha contra el tráfico de personas, del que son víctimas muchos menores y mujeres, centra la conferencia internacional inaugurada hoy en la isla indonesia de Bali con la presencia de delegados de más de 60 países.
"Los contrabandistas son cada vez más expertos, más inteligentes, y emplean mejores técnicas. Nosotros necesitamos combatirles", dijo el ministro australiano de Asuntos Exteriores, Stephen Smith, a la emisora de radio ABC antes de salir de su país camino de Bali.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre 300 mil y 450 mil personas son víctimas del tráfico de personas en Asia, y más de la mitad proviene de Bangladesh, India y Nepal, aunque las cifras varían dependiendo de la fuente.
Muchos son menores atrapados por las redes de la prostitución o que se ven abocados a matrimonios forzosos o que se convierten en mano de obra barata.
La organización no gubernamental Bachpan Bachao Andolan cifra en 60 millones los niños que mueve el tráfico de menores tan sólo en la India.
"Necesitamos una colaboración estrecha con nuestros aliados en la región del sur y este de Asia, con Indonesia en particular, para combatir el tráfico y contrabando de personas", añadió Smith.
La reunión de dos días en Bali, cuyo tramo ministerial presidirán mañana Smith y su homólogo indonesio, Hasan Wirayuda, busca impulsar la cooperación internacional mediante el acuerdo de "medidas prácticas".
Altos funcionarios y expertos ultiman hoy, a puerta cerrada para la prensa, los detalles de la tercera Conferencia Ministerial Regional de Bali (BRMC).
Ocupará un apartado especial el problema de los emigrantes "rohingya", una minoría musulmana asentada en Birmania (Myanmar) y que ha huido en oleadas del país en los últimos meses ante la presión de la Junta Militar, que no les reconoce la ciudadanía birmana.
Descendientes de comerciantes árabes, la comunidad "rohingya", está formada por unos tres millones de personas.
En 1992, más de 250.000 "rohingya" escaparon de la "limpieza étnica" emprendida por el régimen, según la organización Human Rights Watch.
Los principales países de acogida son Malasia, Tailandia, Indonesia, Bangladesh, India y algunos Estados de Oriente Medio.
Indonesia encontró varias embarcaciones con emigrantes "rohingya" en sus aguas territoriales el pasado enero y rescató a casi 400 personas, que se encuentran desde entonces en centros de acogida en la provincia de Aceh, que ocupa la parte septentrional de la isla de Sumatra.
"Los contrabandistas son cada vez más expertos, más inteligentes, y emplean mejores técnicas. Nosotros necesitamos combatirles", dijo el ministro australiano de Asuntos Exteriores, Stephen Smith, a la emisora de radio ABC antes de salir de su país camino de Bali.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre 300 mil y 450 mil personas son víctimas del tráfico de personas en Asia, y más de la mitad proviene de Bangladesh, India y Nepal, aunque las cifras varían dependiendo de la fuente.
Muchos son menores atrapados por las redes de la prostitución o que se ven abocados a matrimonios forzosos o que se convierten en mano de obra barata.
La organización no gubernamental Bachpan Bachao Andolan cifra en 60 millones los niños que mueve el tráfico de menores tan sólo en la India.
"Necesitamos una colaboración estrecha con nuestros aliados en la región del sur y este de Asia, con Indonesia en particular, para combatir el tráfico y contrabando de personas", añadió Smith.
La reunión de dos días en Bali, cuyo tramo ministerial presidirán mañana Smith y su homólogo indonesio, Hasan Wirayuda, busca impulsar la cooperación internacional mediante el acuerdo de "medidas prácticas".
Altos funcionarios y expertos ultiman hoy, a puerta cerrada para la prensa, los detalles de la tercera Conferencia Ministerial Regional de Bali (BRMC).
Ocupará un apartado especial el problema de los emigrantes "rohingya", una minoría musulmana asentada en Birmania (Myanmar) y que ha huido en oleadas del país en los últimos meses ante la presión de la Junta Militar, que no les reconoce la ciudadanía birmana.
Descendientes de comerciantes árabes, la comunidad "rohingya", está formada por unos tres millones de personas.
En 1992, más de 250.000 "rohingya" escaparon de la "limpieza étnica" emprendida por el régimen, según la organización Human Rights Watch.
Los principales países de acogida son Malasia, Tailandia, Indonesia, Bangladesh, India y algunos Estados de Oriente Medio.
Indonesia encontró varias embarcaciones con emigrantes "rohingya" en sus aguas territoriales el pasado enero y rescató a casi 400 personas, que se encuentran desde entonces en centros de acogida en la provincia de Aceh, que ocupa la parte septentrional de la isla de Sumatra.