Se trata de un fondo previsto para responder al empeoramiento de la situación alimentaria de los países en desarrollo y que prevé contribuir a la ayuda de emergencia y a la cooperación al desarrollo durante un periodo de tres años.
Para ello, la ayuda se dirigirá a través de tres tipos de medidas: mejorar el acceso a insumos agrícolas (fertilizantes y semillas) y servicios como veterinarios y asesores; incrementar la producción agrícola con microcréditos, infraestructura rural y formación; y acciones que funcionen como red de seguridad y permitan las transferencias sociales a grupos de población vulnerable.
Los 23 países que se beneficiarán de la primera partida de este fondo aprobada son Afganistán, Bangladesh, Burkina Faso, Birmania, Burundi, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Cuba, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea-Bissau, Haití, Honduras, Kenia, Liberia, Malí, Mozambique, Pakistán, Territorios Palestinos, Filipinas, Sierra Leona y Zimbabue.
El comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, explicó que la Unión Europa "ya ha dado respuesta humanitaria" a la crisis alimentaria con la ayuda de emergencia facilitada. Ahora, el fondo alimentario ofrece una respuesta "desde el ámbito del desarrollo" para "volver a poner en pie la agricultura" de los países en desarrollo. El primer paquete de proyectos que recibirán fondos comunitarios serán los 23 países "más afectados", añadió.
"En los próximos meses no deberemos olvidar el impacto que la crisis financiera y la desaceleración económica tendrá sobre los países en desarrollo (*). Europa se está centrando en los planes de recuperación de su propia economía, pero esto no debería rebajar en forma alguna nuestro compromiso con los países en desarrollo", advirtió Michel.