Este incidente provocó la detención de Suu Kyi y el posterior juicio por violación del estatus de su arresto. En un largo proceso que acabó hace sólo unas semanas y en el que sólo se permitió la comparecencia de dos testigos de la defensa, la líder opositora fue condenada a tres años de trabajos forzados, sentencia que la Junta Militar revocó por 18 meses de arresto domiciliario.
Para que esto no se vuelva a repetir, Win explicó que Suu Kyi, de 64 años, ha contactado ya con varios arquitectos para hacer los oportunos cambios en su vivienda de Rangún, de donde no ha podido salir en 14 de los últimos 20 años por los arrestos a los que la ha sometido la Junta Militar.