Las elecciones legislativas que Birmania celebrará en 2010 suponen una "oportunidad de cambio" pese a que la Junta Militar sometió de nuevo a arresto domiciliario a la líder opositora Aung San Suu Kyi, lo que le impedirá participar en los comicios, según el centro de estudios International Crisis Group (CIG).
El ICG, que analiza conflictos abiertos o las zonas en riesgo de crisis, divulgó hoy un estudio en el que considera que la convocatoria de las elecciones será "significativa" porque servirán para configurar una nueva estructura política del país.
De este modo, tras los comicios se establecerá un nuevo sistema presidencial y bicameral que, según el comunicado, puede facilitar el camino para una nueva generación "más joven", según el informe.
No obstante, el responsable del ICG para el Sudeste asiático, Jim Della-Giacoma, alertó de que "los militares querrán usar las elecciones para asegurar su poder".
Por ello, pidió tanto a las autoridades nacionales como a la comunidad internacional que ejerzan presiones en el futuro Gobierno para que contribuya a la reforma política y a la reconciliación nacional.
"Mientras que Birmania se prepara para la transición, todas las partes deben estar alerta ante las nuevas oportunidades y, también, ante los riesgos que se pueden presentar", señaló en la misma línea el director del programa del ICG para Asia, Robert Templer.
El último proceso electoral democrático en Birmania tuvo lugar en 1990, cuando el partido de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia, arrasó en las urnas al partido oficial, aunque el resultado jamás fue acatado por el régimen de los militares.