La dictadura militar de Birmania aceptó ayer dejar en libertad al ciudadano estadounidense John Yettaw, condenado el pasado miércoles a siete años de cárcel y trabajos forzosos por haber irrumpido, en mayo, en la vivienda de la líder opositora Aung San Suu Kyi, que desde hace 14 años está en arresto domiciliario. La decisión de la Junta es fruto de la visita al país asiático del senador demócrata de EEUU Jim Webb, presidente del subcomité de Relaciones Exteriores para el Asia Oriental y próximo al presidente Barack Obama.
Webb no solo ha logrado arrancar a los generales la libertad de Yettaw, un mormón de 54 años y padre de siete hijos, sino también entrevistarse con el jefe de la Junta militar, el general Than Shwe, y con la misma Suu Kyi, premio Nobel de la Paz y máxima dirigente de la Liga Nacional por la Democracia (LND).
Nada ha trascendido del contenido de las conversaciones que mantuvo Webb por separado con Suu Kyi –con la que estuvo 40 minutos en una casa de huéspedes del Estado en Rangún-- , ni con el jefe mililar. El senador estadounidense se ha convertido en el representante de mayor rango de EEUU en reunirse con el máximo mandatario birmano.
«CONFIANZA EN EL FUTURO» / «Esperamos que podamos aprovechar estos gestos como una vía para comenzar a crear una base de buena voluntad y de construcción de confianza en el futuro», dijo Webb, un veterano de la guerra de Vietnam que apuesta por el diálogo para promover reformas políticas en el país asiático, sometido a una dictadura militar desde 1962.
Hasta ahora Washington ha optado por presionar al régimen militar y más aún desde que fue arrestado Yettaw y ampliado el arresto domiciliario a Suu Kyi. La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, advirtió además a Birmania sobre su relación con Corea del Norte.
La visita de Webb ha sido todo un éxito, al menos en lo que respecta a la liberación de Yettaw. La rocambolesca visita que hizo a Suu Kyi en mayo –accedió a la vivienda salvando a nado un lago– costó muy caro a la activista. Entonces le faltaban tan solo tres semanas para salir en libertad.
Tras la incursión del estadounidense, un tribunal condenó a Suu Kyi a tres años de trabajos forzados, pero después la Junta militar redujo la sentencia a 18 meses más de arresto domiciliario, suficientes para que no pueda concurrir a las elecciones que se celebrarán el próximo año. El abogado Suu Kyi dijo que Yettaw era un «cretino».