El enviado especial de la ONU para Birmania Ibrahim Gambari, partió hoy hacia Senegal para informar al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, del contenido de su última visita, durante la que volvió a fracasar en su intento de reunirse con el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe.
Gambari, quien abandonó ayer Birmania e hizo escala por la noche en Singapur, sí logró entrevistarse en dos ocasiones con la líder Aung San Suu Kyi, aunque no arrancó del régimen compromiso alguno en cuanto a si permitirán que sea candidata en las elecciones generales anunciadas para 2010.
El ministro de Información birmano, general Kyaw Hsan, rechazó la semana pasada varias propuestas de la ONU para modificar el borrador constitucional que se someterá a referéndum en mayo y promover el diálogo con la oposición.
Si no se revisa el texto de la Carta Magna y éste es aprobado en la consulta popular, como da por hecho la Junta Militar, Suu Kyi no podrá presentarse a los comicios por haber estado casada en el pasado con un extranjero, el profesor británico Michael Aris, quien murió de cáncer en 1999.
Kyaw Hsan también se negó a liberar a los otros 1.864 prisioneros políticos del país.
El emisario de Naciones Unidas concluyó ayer su tercera visita a Birmania desde la represión de las manifestaciones a favor de la democracia del pasado septiembre, con la difícil misión de promover el diálogo y la reconciliación entre el régimen y la oposición.
Gambari también analizó con representantes de la Junta Militar y grupos pro-democracia el referéndum constitucional de mayo y las posibles elecciones a celebrar en dos años.
El actual borrador de la futura Carta Magna es rechazado por el partido de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Demoracia (LND), así como las asociaciones de monjes, el movimiento estudiantil, y las minorías étnicas, que lo ven como una estrategia más del régimen para seguir en el poder.
Birmania está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones desde 1990, cuando el partido oficial fue aplastado por la LND, unos comicios cuyos resultados jamás fueron reconocidos por los generales.