El relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Birmania, Paulo Sergio Pinheiro, aseguró hoy que el Gobierno de ese país miente cuando dice que hay un proceso democrático en marcha y dijo que creer en ello es 'como creer en los elfos o en Santa Claus'.
'Si crees en los elfos, en los gnomos o en Santa Claus, entonces puedes creer en el proceso democrático en Birmania, pero que no digan a la comunidad internacional y al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que tienen intención de instaurar una democracia', espetó Pinheiro en conferencia de prensa.
El relator brasileño hizo estas críticas un día después de haber presentado ante el CDH su informe sobre la misión efectuada al país asiático para investigar sobre la represión ejercida por la junta militar que lo gobierna.
En su informe, Pinheiro denunció que la represión continúa en Birmania y que las autoridades de Rangún mantienen graves restricciones a las libertades de movimiento, expresión, asociación y reunión, al tiempo que se registran violaciones 'masivas y sistemáticas de los derechos humanos'.
'La junta militar birmana lleva ocho años diciendo que van a instaurar la democracia, una democracia de disciplina, yo no sé qué es eso', afirmó el relator, quien no ocultó su indignación con la actitud de las autoridades de Rangún.
'El Gobierno no ha hecho nada y debe pagar un precio. El CDH debe tomar una decisión, yo soy solo un relator, no tengo ningún poder ni autoridad, pero no podemos seguir saludando el progreso hacia la democracia', afirmó.
El brasileño insistió en que todos los procesos democráticos en los que se ha pasado de una dictadura a un régimen de libertades tienen unos pasos fijos, como es la liberación de los presos políticos y el diálogo con la oposición.
'No veo por qué tiene que ser distinto con Birmania', subrayó, para señalar que no se ha castigado ni a uno solo de los responsables de la represión de las manifestaciones pacíficas de finales del pasado año.
En su informe, Pinheiro denunció que existen 1.850 presos políticos en Birmania y que las detenciones ilegales se han 'acelerado' en lugar de disminuir.
Entre las víctimas de esa situación se encuentran periodistas y activistas que participaron de una u otra manera en las manifestaciones pacíficas protagonizadas, entre septiembre y octubre pasado, por miles de monjes budistas, en protesta por el maltrato que soldados infligieron a algunos de ellos.
Según el experto, las condiciones de detención en el país asiático -uno de los más cerrados del mundo- son pésimas, al tiempo que señaló haber recibido denuncias de maltratos que han llegado a causar la muerte de prisioneros.
En ese sentido, expresa su inquietud por la situación de U Win Tin, un anciano de 78 años que está en prisión desde 1989, acusado de propaganda antigubernamental, y cuya salud es muy delicada.
Reiteró a continuación su llamamiento para que se libere a todos los presos políticos y se concluya con el régimen de arresto domiciliario de la líder opositora y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.