jueves, 6 de marzo de 2008

LA JUNTA SE EMPLEA A FONDO PARA GANAR LAS ELECCIONES

La Junta Militar de Birmania insiste a diario en todos los medios de comunicación que aprobar la Constitución que propondrán en referéndum en mayo es la obligación de todo birmano, pero sin divulgar el texto definitivo.


La razón no parece obvia porque los generales que gobiernan desde hace 46 años la nación cuentan con todos los aparatos del Estado, los periódicos, las radios y la televisión, y las conexiones de teléfono y de internet para comunicarse con la población, unos 47 millones de habitantes repartidos en más de cien etnias.

El documento que se someterá a aprobación en el plebiscito está terminado, porque pasó la aprobación de la Comisión para Redactar la Constitución el 19 de febrero pasado, de acuerdo con el diario 'La Nueva Luz de Myanmar', que suele hacer de portavoz del régimen ante la comunidad extranjera porque se publica en inglés.

El general Than Shwe, presidente del Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo, y su régimen, confían en esta Carta Magna para ganar credibilidad ante la comunidad internacional y legitimar su permanencia en el poder, según algunos analistas.

Al 'sí' se opone un movimiento democrático muy mermado por las actuaciones de los cuerpos de seguridad y las disposiciones que el Gobierno adopta, según cree conveniente, para garantizar su victoria en las urnas, como la prohibición de panfletos y otras acciones que cuestionen el borrador constitucional.

Los 'cruzados' de la democracia que hasta ahora han evadido la cárcel, se mueven en la clandestinidad con un teléfono móvil y una radio portátil, con la que escuchan los telediarios y programas extranjeros sobre la situación en su país, según reveló Tun Myint Aung, del grupo opositor Generación de Estudiantes de 1988.

Las autoridades no se lo ponen fácil porque al revés de lo que ocurre en el resto del mundo, que el teléfono móvil se populariza y sus precios bajan, salvo el de los nuevos modelos, en Birmania se ha convertido en un bien que cuesta unos 1.400 dólares (921 euros).

Las licencias anuales de la conexión de televisión por satélite también se han disparado, de los 6.000 kyat (unos cinco dólares) del año pasado al millón de kyat (780 dólares) para este 2008, un capital desorbitado en una nación con una renta per cápita anual de 220 dólares.

Incluso los comentarios antigubernamentales en privado se pagan caro, aunque sea en broma, porque los servicios secretos no perdonan una, como les ocurrió a tres comerciantes en Rangún que fueron detenidos en febrero al poco de haber bromeado sobre la posibilidad de un resultado adverso en las urnas para los generales, según radio Mizzima.

El poeta birmano Saw Wai está encarcelado desde finales del pasado enero en el presidio de Insein, a las afueras de Rangún, por publicar un poema sobre un amor no correspondido cuya primera letra de cada verso dice: 'El general Than Shwe está loco de poder'.

En este contexto, el enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, comenzó hoy una nueva visita al país con la misión de intentar convencer a la Junta Militar de que juegue dentro de las reglas democráticas en los dos plebiscitos que ha anunciado, el referéndum de mayo y las elecciones generales de 2010.

Para ello necesitaría liberar a la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003, y a los otros 1.864 prisioneros políticos del país, según datos de la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos.

'Las emisoras de radio extranjeras están difundiendo expresiones nuevas como reconciliación nacional, participación de todos y diálogo tripartito (...) pero todas sus expresiones bonitas no son más que retórica', escribía una de las plumas del Ministerio del Interior en 'La Nueva Luz de Myanmar' esta semana, que advertía del peligro de acabar sometidos a una potencia extranjera si se hacía caso.

Los militares birmanos, que la última vez que convocaron elecciones sucumbieron estrepitosamente ante Suu Kyi y su Liga Nacional para la Democracia, en 1990, han asegurado que esta vez no perderán.