Ginebra (EFE) .- El experto designado por la ONU para seguir la situación de derechos humanos en Birmania, el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, denunció que la represión continúa en ese país, cuyo Gobierno no ha respetado las resoluciones aprobadas por el organización multilateral para poner coto a esa situación.
En un informe publicado hoy, el relator sobre Birmania señala que la autoridades de Rangún mantienen graves restricciones a las libertades de movimiento, expresión, asociación y reunión, al tiempo que se registran violaciones "masivas y sistemáticas de los derechos humanos" en ese país.
Esos abusos, entre los que el relator menciona como algunos de los más graves el trabajo forzado y el reclutamiento de niños soldados, permanecen impunes, según el documento que Pinheiro tiene prevista presentar mañana en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne en Ginebra.
Según los datos recogidos por el relator, existen 1.850 prisioneros políticos en Birmania y, pese a los llamamientos de la comunidad internacional a la Junta Militar gobernante para que suavice su posición, las detenciones ilegales se han "acelerado" en lugar de disminuir.
Entre las víctimas de esa situación se encuentran periodistas y activistas que participaron de una u otra manera en las manifestaciones pacíficas protagonizadas, entre septiembre y octubre pasado, por miles de monjes budistas, en protesta por el maltrato que soldados infligieron a algunos de ellos.
Según el experto, las condiciones de detención en el país asiático -uno de los más cerrados del mundo- son pésimas, al tiempo que señaló haber recibido denuncias de maltratos que han llegado a causar la muerte de prisioneros.
En ese sentido, expresa su inquietud por la situación de U Win Tin, un anciano de 78 años que está en prisión desde 1989, acusado de propaganda antigubernamental, y cuya salud es muy delicada.
Reitera a continuación su llamamiento para que se libere a todos los presos políticos y se concluya con el régimen de arresto domiciliario de la líder opositora y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
El relator aboga igualmente por que se permita nuevamente que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) visite a los detenidos, así como por la presencia de organizaciones internacionales en las zonas de conflicto.
Por otra parte, menciona que medio millón de personas han sido desplazadas por los combates que tienen lugar en la región oriental de Birmania.
Pinheiro lamenta también que el régimen birmano no le haya autorizado el acceso al país desde su última visita del pasado noviembre, a pesar de sus reiteradas peticiones.
Este será el último informe que el experto presentará en su calidad de relator de la ONU sobre Birmania, un mandato que concluirá próximamente después de siete años y que, según él mismo comenta en su evaluación, ha podido cumplir a pesar del rechazo del Gobierno de Birmania a cooperar con él.