El juicio contra la principal opositora birmana y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, de 63 años, fue aplazado hoy dos semanas, mientras que se dirime en la Corte Superior de Rangún el recurso presentado por la defensa para poder llamar a más testigos.
Hasta el 26 de junio no tendrá Suu Kyi que volver a comparecer en la sala del tribunal especial presidido por dos jueces militares y establecido en el interior de la penitenciaría de Insein, a las afueras de Rangún, según informaciones llegadas a Bangkok.
La opositora demócrata birmana, hija del prócer de la independencia de Birmania (Myanmar), Aung San, está acusada de haber violado los términos del arresto domiciliario que cumplía desde 2003 por desafiar a la Junta Militar que gobierna el país con peticiones para que acometa reformas democráticas.
El cargo que le imputan se castiga con una pena máxima de cinco años de prisión, condena que la impediría presentarse a las elecciones parlamentarias de 2010, las primeras que se celebrarán desde 1990.
Suu Kyi, durante una visita de sus abogados el miércoles pasado, condenó las injusticias que se cometen en su juicio y animó a su equipo a seguir la batalla por medios legales.
El tribunal que juzga a la jefa del movimiento democrático birmano aceptó los 22 testigos que pedían los fiscales y sólo uno de los cuatro que presentó la defensa.
El martes pasado, los abogados de Suu Kyi consiguieron que un juzgado de Rangún aceptase otro testigo, y ayer recurrieron a la Corte Superior para conseguir autorización para los dos restantes.
Birmania está gobernada por un régimen militar desde 1962, y Suu Kyi se ha pasado sin libertad de movimientos 14 de los últimos 20 años.