El Tribunal Supremo de Birmania (Myanmar) aceptó hoy el recurso presentado por los abogados de la líder opositora y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, para poder llamar más testigos en el juicio que se sigue contra ella por vulnerar los términos del arresto domiciliario que cumplía desde 2003.
Nyan Win, miembro de la defensa y portavoz de la Liga Nacional para la Democracia (LND), la formación política de Suu Kyi, explicó que se había seguido la ley aceptando la instancia y que ahora debían esperar a que el tribunal comunique la fecha para la vista del caso, según informaciones llegadas a Bangkok.
El letrado expresó su esperanza en que la alta magistratura les conceda al menos uno de los dos testigos que solicitan.
La fiscalía presentó una lista con 22 testigos en el juicio contra Suu Kyi que se sigue desde mayo en la penitenciaría de Insein, a las afueras de Rangún, y todos les fueron concedidos, aunque al final solo llamó al estrado a 14, mientras que la defensa propuso cuatro y tres fueron rechazados.
Apelaron a los juzgados de Rangún y consiguieron autorización para al menos uno de los tres descartados, y a continuación recurrieron el fallo en una instancia superior.
Los cuatro testigos que piden son Kyi Win, Khin Moh Moh, ambos abogados de la defensa y ya aceptados, Tin Oo y Win Tin.
Tin Oo es vicepresidente de la LND y cumple arresto domiciliario, mientras que el periodista Win Tin pertenece al comité central de la LND y fue el preso político más veterano de Birmania hasta su excarcelamiento el año pasado.
La próxima vista del juicio contra Suu Kyi, que se paralizó cuando la defensa y la acusación debían presentar los argumentos finales, está prevista para el 26 de junio y se celebrará si para entonces se ha dirimido el asunto de los testigos.
La ONU, gobiernos, políticos y personalidades de todo el mundo han pedido la liberación de Suu Kyi desde que fue ingresada en Insein, el 14 de mayo.
Si es hallada culpable del delito que le imputan, Suu Kyi, que cumplirá 64 años el viernes próximo, puede ser condenada a cinco años de prisión, pena que le impediría participar en las elecciones parlamentarias de 2010.
La última vez que la Junta Militar que gobierna Birmania convocó elecciones fue en 1990 y perdió ante la LND de Suu Kyi, que sacó más del 82 por ciento de los votos, aunque nunca se reconoció aquel resultado.
Suu Kyi cumplía su primer año de arresto domiciliario cuando se celebraron aquellos comicios, una pena que ha sufrido más de 13 años en las últimas dos décadas por pedir de manera pacífica reformas democráticas.
Birmania está gobernada por militares desde la asonada del general Ne Win en 1962.