La opositora birmana y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, volverá a ser puesta bajo arresto domiciliario, una pena que ha cumplido 13 de los últimos 19 años por pedir reformas democráticas a la Junta Militar que gobierna Birmania (Myanmar), denunció hoy un medio de la disidencia.
El régimen ha elegido para confinar de nuevo a Suu Kyi, de 63 años, una vivienda en una localidad en las afueras de Rangún donde se asiente la undécima División de Infantería Ligera, según fuentes militares citadas por "Mizzima".
Hasta ahora, la dirigente birmana había permanecido encerrada sin libertad de movimientos en su casa de la avenida de la Universidad de Rangún.
La noticia surge cuando Suu Kyi es juzgada desde el mes pasado por presuntamente haber violado los términos del arresto domiciliario que cumplía desde 2003, un delito que se castiga con hasta cinco años de prisión.
Un juzgado de Rangún decidirá hoy si Suu Kyi puede presentar en su defensa los tres testigos que le fueron rechazados.
"Tenemos confianza en que el tribunal acepte nuestra petición. Su anterior decisión de desestimar a todos los testigos de la defensa excepto uno era contraria a la ley", dijo el letrado Nyan Win, del equipo que defiende a la Nobel de la Paz de 1991.
Los tres testigos rechazados pertenecen a la formación política de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia (LND): Win Tin, periodista, prisionero político y miembro de la LND; Tin Oo, vicepresidente de la LND y actualmente bajo arresto domiciliario; y el abogado Khin Moe Moe.
El trámite ha paralizado el juicio de Suu Kyi cuando estaba previsto que la acusación y la defensa presentaran los argumentos finales el viernes pasado. Las vistas se retomarán el 12 de junio.
Naciones Unidas y gobiernos de todo el mundo han pedido la liberación de Nobel de la Paz junto con todos los presos políticos del país, cerca de 2.200, según la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos de Birmania.
Si Suu Kyi es hallada culpable, no podrá concurrir a las elecciones parlamentarias del año próximo.
Birmania está gobernada por militares desde 1962 y no celebra comicios legislativos desde 1990, cuando ganó con más del 82 por ciento de los votos la LND.
La Junta Militar jamás reconoció la derrota electoral.