'Hay que abrir una nueva fase en el diálogo con la oposición y todos los miembros de la sociedad civil', declaró Fassino a los medios locales en Tailandia tras reunirse con el nuevo ministro de Exteriores, Nitya Pibulsonggram, con quien debatió estrategias de presión para que el régimen birmano acepte reformas políticas.
Suu Kyi, distinguida con el premio Nobel de la Paz en 1991, se encuentra bajo arresto domiciliario desde 2003 y ha permanecido en esta situación durante 12 de los últimos 18 años.
Tras la brutal represión de las manifestaciones a favor de la democracia del pasado septiembre, la Junta Militar designó un mes después al actual ministro de Trabajo, general Aung Kyi, como 'enlace' oficial entre el régimen y la oposición liderada por la Liga Nacional para la Democracia (LND).
Desde entonces, Suu Kyi se ha entrevistado en tres ocasiones con Aung Kyi, pero todavía no se ha visto las caras con el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe.
Además, el diplomático italiano reiteró su llamamiento para que el régimen autorice una nueva visita al país del enviado especial de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari.
Fassino, nombrado el pasado noviembre, viajará desde Tailandia a Indonesia y tiene intención de visitar en los próximos meses la India, Japón, Laos y Vietnam, en busca de apoyos para presionar a la Junta Militar para que acometa reformas políticas.
Las autoridades birmanas admiten 15 muertos y 3.000 detenidos por las protestas de septiembre, pero la ONU constata 31 fallecidos y la disidencia cerca de 200 y más de 6.000 arrestados.
Birmania (Myanmar) está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones desde 1990, cuando el partido oficial fue barrido por la LND de Suu Kyi, unos comicios cuyos resultados jamás fueron reconocidos por los generales.