Naciones Unidas.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, espera que su enviado especial para Birmania (Myanmar), Ibrahim Gambari, lleve a cabo "conversaciones significativas" durante la visita de cuatro días que inicia mañana al país asiático, dijo hoy el organismo.
La portavoz de la ONU, Marie Okabe, señaló que Ban le pidió a Gambari que en este viaje "continúe las consultas con el Gobierno y otras partes relevantes para el cumplimiento del mandato de buenos oficios que la Asamblea General confió al secretario general".
Ban "espera que se lleven a cabo conversaciones significativas con todas las partes implicadas sobre todos los puntos abordados en la visita anterior", agregó la portavoz.
El diplomático nigeriano llegará mañana a Rangún invitado por el Gobierno para iniciar su séptima visita al país desde que asumió el cargo, sin tener la certeza de si esta vez verá al jefe de la Junta Militar, Than Shwe, y a la líder del movimiento democrático, Aung San Suu Kyi.
Fuentes de la ONU indicaron a Efe en Bangkok que Gambari lleva en su agenda de reuniones el caso de Suu Kyi, sometida a arresto domiciliario en su casa de Rangún desde 2003.
Suu Kyi, Nobel de la Paz en 1991, dirige la Liga Nacional para la Democracia (LND), el principal partido de la oposición birmana y el ganador, con más del 82 por ciento de los votos, de las pasadas elecciones parlamentarias, aunque la Junta Militar nunca reconoció el resultado.
Según la oposición birmana, Ban indicó que su enviado especial no volvería al país "a menos que hubiese signos de progreso", tras el fracaso del viaje de agosto pasado de Gambari, en el que ni Suu Kyi ni Than Shwe quisieron hablar con él.
El pasado diciembre, 112 ex presidentes y primeros ministros de más de 50 Estados miembros de Naciones Unidas enviaron una carta a Ban para pedirle que presione a la Junta Militar birmana para lograr la liberación de los 2.200 presos políticos que, aseguran, hay en las cárceles.
Por su parte, la Junta Militar, que el año pasado aprobó en un plebiscito una Constitución que le garantiza la continuidad en el poder, continúa con sus planes de celebrar elecciones parlamentarias en 2010.
La LND boicoteó el plebiscito porque, en su opinión, la Carta Magna es antidemocrática y perpetúa en el poder a los militares.