Lo decidió la Junta Militar por razones políticas. Los enfermos deben regresar a sus casas en zonas rurales donde no se venden los tratamientos antiretrovirales que toman.
Enfermos de sida apoyados por la oposición democrática de Birmania (Myanmar) son expulsados de los hospitales y obligados a regresar a sus casas en zonas rurales donde no se venden los tratamientos antiretrovirales que toman, denunciaron fuentes de la disidencia.
"Algunos hemos sido dados de alta y las autoridades sanitarias se niegan a suministrarnos la medicación para tratar nuestra enfermedad por órdenes de sus superiores", declaró un paciente a la radio Mizzima.
Este mes, la Policía obligó a once niños, siete mujeres y once hombres a abandonar el monasterio donde recibían tratamiento contra el sida y los trasladaron al Hospital Wabargi de Rangún, donde ahora fueron dados de alta y se les indicó que regresasen a sus casas.
Aquellos que viven en el área rural optaron por quedarse en Rangún en habitaciones alquiladas para continuar con la cura como pacientes externos porque los antiretrovirales sólo se consiguen en Rangún, pero han dejado de atenderlos.
Estos pacientes formaban parte del grupo del que se ocupaba la activista Phyu Phyu Thin, miembro de la opositora Liga Nacional para la Democracia (LND), que dirige la Nobel de la Paz Aung San Suu Khi.
Según un informe de Médicos sin Fronteras, 25.000 enfermos de sida birmanos murieron en 2007 por la negligencia de la Junta Militar, y otros 75.000 no reciben la medicación que requieren.
Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003, al frente de la Junta Militar ganó las elecciones parlamentarias de 1990, pero los generales que gobiernan el país se negaron a acatar el resultado.