El relator especial de la ONU para los Derechos Humanos en Birmania (Myanmar), Tomás Ojea Quintana, inicia hoy una visita de seis días al país asiático, donde hay 2.137 presos políticos en las cárceles y gobierna una Junta Militar desde 1962.
El relator argentino, en esta su segunda visita a Birmania desde que asumió el cargo en mayo pasado, ha solicitado a las autoridades entrevistas con reclusos y dirigentes de partidos políticos, y espera trasladarse a los estados de Rakhine, Kayin y Kachin.
El trabajo de Ojea está dirigido a conseguir que el Gobierno excarcele progresivamente todos los presos políticos, que las Fuerzas Armadas y las leyes birmanas amparen los derechos humanos y la independencia del poder judicial, todo ello para antes de las elecciones parlamentarias que se organizarán en 2010.
El nuevo viaje de Ojea, tras el efectuado en agosto, se produce diez días después de que el enviado especial del secretario general de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, concluyese una visita de cuatro días al país asiático para tratar de reabrir el diálogo entre la Junta Militar y la oposición democrática, que encabeza la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
En la reunión que Gambari mantuvo con Suu Kyi en una casa del Gobierno de Rangún, la líder birmana denunció la persecución que sufren los demócratas por parte de las autoridades y pidió que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, no visite el país mientras que el Gobierno libere a todos los presos políticos.
Suu Kyi, de 62 años, lleva bajo arresto domiciliario en su vivienda de Rangún más de 13 de los últimos 19 años y de manera continuada desde 2003.
El régimen militar aprobó el año pasado en referéndum una Constitución que boicoteó la oposición y la mayoría de las minorías étnicas porque, en su opinión, ha sido redactada para que los generales continúen controlando el país.