El gobierno militar de Birmania debe poner fin a los abusos de derechos humanos en contra la población étnica chin del el estado de Chin en Birmania occidental, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Human Rights Watch también pidió al gobierno indio y al recién elegido gobierno del estado de Mizoram ampliar la protección a los habitantes de Chin que han huido a la vecina India para escapar de los actuales atropellos y la grave represión en Birmania.
En el informe de 93 páginas, “‘We Are Like Forgotten People’: Unsafe in Burma, Unprotected in India,” (Somos como los ‘olvidados’: En peligro en Birmania, sin protección en la India), Human Rights Watch documenta una amplia gama de violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por el Ejército y funcionarios gubernamentales birmanos. Los abusos incluyen trabajos forzados, detenciones y arrestos arbitrarios, tortura, represión religiosa y otras restricciones a las libertades fundamentales. En el estado de Mizoram, India, los chin siguen en riesgo de sufrir discriminación y abusos por parte de grupos Mizo y las autoridades locales, y de ser obligados a atravesar la frontera de regreso a Birmania.
"Durante demasiado tiempo los grupos étnicos como el Chin han soportado el peso abusivo de un régimen militar en Birmania", dijo Elaine Pearson, directora adjunta de Asia para Human Rights Watch. "Es hora de terminar con este tratamiento brutal y de que el Ejército rinda cuentas por sus acciones. India debería dar un paso adelante para proteger a los que desesperadamente buscan refugio".
Este informe se basa en una extensa investigación llevada a cabo entre 2005 y 2008. Human Rights Watch llevó a cabo alrededor de 140 entrevistas, algunas con personas chin que actualmente viven en el estado de Chin, pero que cruzan la frontera a Mizoram con propósitos comerciales. Otros entrevistados han huido del país permanentemente, la mayoría en los últimos años. El informe ofrece un visión poco común sobre la difícil situación del "pueblo olvidado" de Birmania.
El gobierno militar de Birmania regularmente arresta y encarcela a personas de la etnia Chin para sofocar la disidencia política e intimidarlos. El Ejército impone restricciones sobre muchos aspectos de la vida de los chin, en particular: limita su libertad de circulación; confisca y extorsiona regularmente dinero, alimentos y bienes; somete a trabajos forzados, y los coacciona a sembrar determinados cultivos de plantas. Un hombre chin dijo a Human Rights Watch, "Somos como los esclavos, tenemos que hacer todo lo que ellos [el Ejército] nos dicen".
En el informe "Somos como los olvidados" también se describen los abusos cometidos por el opositor Frente Nacional Chin y su brazo armado, el Ejército Nacional Chin, como el acoso, las palizas y las extorsiones de aldeanos chin. Un líder chin eclesiástico que ahora vive en Mizoram dijo, "Estos grupos subterráneos, en lugar de ayudar, hacer la vida aún más difícil para nosotros". Human Rights Watch exhorta tanto al Ejército birmano como a los grupos armados a poner fin a los abusos, y a la junta gobernante Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo (SPDC en inglés) para permitir a los organismos humanitarios el acceso sin trabas al estado de Chin.
Los agricultores chin y sus familias regularmente se ven obligados a abandonar sus campos para cargar mercancías para el Ejército birmano, construir carreteras y cuarteles para la milicia, puestos de vigilancia, y otros edificios militares. Esto socava la capacidad de los chin para sobrevivir en uno de los estados más pobres de Birmania, en particular en zonas que sufren escasez de alimentos y hambruna a causa de la infestación masiva de ratas. Las restricciones a la ayuda del gobierno birmano obstaculizan a los organismos humanitarios que tratan de socorrer a las poblaciones en situación de riesgo.
"La hambruna en el estado de Chin es un desastre natural, y las restricciones a la ayuda y las demandas de trabajo forzado están sólo agravando la situación", dijo Pearson.
Los abusos han provocado que decenas de miles de personas chin huyan de Birmania, y muchos cruzan la frontera con el vecino estado de Mizoram, en la India, sin documentos. Sin embargo, las organizaciones voluntarias locales y funcionarios gubernamentales en Mizoram a veces han desalojado por la fuerza a los chin y los han regresado a Birmania.
Esto viola las obligaciones de la India en virtud del derecho internacional de no regresar a personas a un país donde su vida o su libertad pudieran verse amenazadas, o donde podrían estar en riesgo de persecución. Aunque muchos de los chin que huyen de Birmania califican como los refugiados, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se ve impedido de acceder a la población chin que vive a lo largo de la frontera, de modo que sólo aquellos que pueden recorrer los 2,460 kilómetros a la oficina del ACNUR en Nueva Delhi puede presentar sus solicitudes. India no es parte en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, pero ha firmado la Convención contra la Tortura y de Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Los chin que logran permanecer en Mizoram también se enfrentan a la represión religiosa y a una grave discriminación en el acceso a la vivienda y la educación.
Human Rights Watch pide al gobierno de la India proteger a los solicitantes de asilo y refugiados chin, y dar al ACNUR acceso al estado de Mizoram para registrarlas. El 2 de diciembre de 2008, las elecciones estatales de Mizoram resultaron en una victoria total para el Congreso Nacional Indio, el partido gobernante del país, que no ha estado en el poder durante una década. En el pasado, los miembros del Congreso Nacional Indio de Mizoram hicieron un llamamiento en contra los migrantes chin e incluso han sido mucho menos comprensivos que el anterior gobierno estatal sobre la difícil situación de quienes huyen de las violaciones de los derechos humanos en Birmania.
"En lugar de hacer caso omiso de la difícil situación de los chin, el Gobierno indio debe protegerlos y evitar cualquier acción o iniciativa para regresarlos por la fuerza a Birmania", dijo Pearson, "Será una prueba para el nuevo gobierno del estado de Mizoram el hacer frente a la discriminación en contra de los chin. "
El informe también hace un llamado a los miembros de la comunidad internacional como la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN en inglés), los Estados Unidos y la Unión Europea para aumentar la asistencia humanitaria al estado de Chin. Esto a condición de que pueda ser entregada sin interferencias innecesarias por parte del gobierno militar birmano, y que se refuercen las sanciones en caso de Birmania no cumpla con condiciones específicas de derechos humanos.
"Los chin se encuentran inseguros en Birmania, y desprotegidos en la India, pero sólo porque estos abusos suceden muy lejos de Delhi y Rangún no significa que los chin deban seguir siendo el "pueblo olvidado", dijo Pearson. "La ASEAN, la UE y los EE.UU. deben decirle a Birmania y a la India que desde hace mucho se debió poner fin a estos abusos".