La líder opositora de Birmania y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, fue llamada a declarar ante el juez este martes tras ser acusada por la Junta Militar de violar las condiciones de su arresto domiciliario.
Suu Kyi se enfrenta a un juicio en Rangún que podría condenarla a cinco años de prisión si es declarada culpable.
Uno de sus abogados, Nyan Win, dijo que pidió a las autoridades birmanas reunirse con ella para discutir su defensa, pero aún no ha recibido respuesta oficial. Añadió que su cliente probablemente tendrá que testificar sin tener la oportunidad de citarse previamente con él.
Entre tanto, la Junta Militar advirtió que podría prolongar por seis meses el arresto domiciliario de Suu Kyi. En un comunicado, el gobierno afirmó que la líder opositora sólo ha estado detenida durante cuatro años y medio, siendo el máximo de cinco años.
Sin embargo, los abogados de la premio Nobel aseguran que sus cinco años de arresto domiciliario finalizan esta semana.
Acusación
Suu Kyi, quien fue recluida en una cárcel de máxima seguridad hace casi dos semanas, está acusada de haber acogido en su casa al ciudadano estadounidense John William Yettaw, que accedió a la residencia atravesando a nado el lago que la rodea.
La líder opositora se ha declarado inocente, pero la comunidad internacional cree que acabará en prisión sea cual sea el resultado del juicio.
Su abogado afirmó que es "absolutamente evidente" que las autoridades birmanas están intentando precipitar un veredicto que "ya podría estar escrito".
Se espera que algunos diplomáticos y periodistas, tanto de medios de comunicación nacionales como internacionales, asistan a la audiencia de este martes.
Preocupación internacional
El corresponsal de la BBC en el sudeste asiático, Jonathan Head, afirma que varios gobiernos occidentales y de la región han criticado el proceso, que consideran una farsa para justificar el arresto de la líder opositora de cara a las elecciones del próximo año.
Según Head, las autoridades aparentemente desean un juicio rápido y no sorprendería que hubiese cambios repentinos o giros extraños en el caso.
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) expresó su "enorme preocupación" ante la situación, en un comunicado que sorprendió por el habitual silencio de la organización ante los conflictos domésticos de sus miembros.
La Junta Militar birmana rechazó la declaración de la ASEAN y acusó a Tailandia, que actualmente preside la entidad, de interferir en sus asuntos internos.