La cuarta vista del juicio a Suu Kyi por incumplir los términos del arresto domiciliario que cumple desde hace seis años, comenzó poco antes del mediodía, a puerta cerrada, y en medio del despliegue de fuerzas de seguridad habitual desde el pasado lunes, cuando se inició el proceso contra la principal activista birmana.
Fuentes de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la formación política encabezada por Suu Kyi, indicaron que tras la "apertura de ayer a un reducido público, el juicio retoma la dirección marcada por el gobierno".
La víspera, las autoridades militares abrieron la tercera vista del juicio a 25 diplomáticos europeos, asiáticos, y de Estados Unidos, así como a una decena de periodistas birmanos, la mitad de estos de medios de comunicación vinculados al régimen presidido por el general Than Shwe.
La líder birmana, que durante la sesión agradeció a las nuevas caras su apoyo, pudo también hablar con varios diplomáticos, algo que durante los últimos seis años ha tenido prohibido, bajo los términos del arresto domiciliario que le impusieron en 2003, el último de los tres que le ha impuesto el régimen militar desde que en 1988 regresó a Birmania y se puso al frente de la oposición.
La parcial apertura "de la vista se produjo el mismo día en que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto hablar de la situación de la líder de la Liga Nacional por la Democracia.
La acusación y el juicio a la Nobel de la Paz han sido calificadas por la LND de pretexto para mantener encerrada a Suu Kyi, a quien le quedaban dos semanas para que expirara el arresto domiciliario.
Las autoridades acusaron formalmente a Suu Kyi la semana pasada de incumplir los términos de su detención por permitir a principios de mayo la entrada en su casa de Rangún al intruso John William Yettaw, un estadounidense de 53 años, que fue detenido el 6 de mayo tras abandonar la vivienda y cuando regresaba a nado por el lago Inya.
De ser declarada culpable, Suu Kyi puede ser condenada a una pena de hasta cinco años de privación de libertad, lo cual le impedirá concurrir a las elecciones parlamentarias que la Junta Militar organiza para 2010.
La última vez que se celebraron comicios legislativos en Birmania, en 1990, Suu Kyi cumplía también arresto domiciliario y la LND ganó con más del 82 por ciento de los votos válidos emitidos, un resultado que la Junta Militar nunca ha reconocido.