Aung San Suu Kyi es hija del General Aung San, líder de la lucha independentista de su país para liberarse de Gran Bretaña en la década de 1940. Suu Kyi tenía dos años cuando su padre, Primer Ministro de facto de la recientemente independizada Birmania, fue asesinado por sus convicciones en 1947. Suu Kyi se educó en Birmania, la India y el Reino Unido. En su época de estudiante en la Universidad de Oxford conoció a Michael Aris, académico del Tíbet con quien se casó en 1972. En 1988, Suu Kyi recibió una llamada telefónica desde Birmania en la que le avisaron que su madre había sufrido un infarto y le quedaba poco tiempo de vida. Volvió a Birmania sola y dejó a su esposo y sus dos hijos en Inglaterra. Al llegar a Birmania para cuidar a su madre, advirtió las manifestaciones en contra del gobierno unipartidista y represivo. Suu Kyi se sintió atraída por el movimiento a favor de la democracia que sería sofocado por el SLORC, el Consejo para la Restauración del Orden y la Ley del Estado que tomó el poder el 18 de septiembre de 1988. Después vinieron las elecciones generales de 1990, en las que se permitió la participación de partidos políticos. Suu Kyi estuvo al frente de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), partido que obtuvo una victoria aplastante con 80% de los votos. Sin embargo, los líderes del SLORC rehusaron reconocer los resultados de la elección y sometieron a los líderes electos y demócratas a arresto domiciliario, entre ellos a Suu Kyi. A pesar de las restricciones que impone el arresto domiciliario, ella siguió su campaña a favor de la democracia, razón por la que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1991.
En 1999, Michael Aris agonizaba de cáncer en Inglaterra, donde vivía con sus dos hijos. Solicitó en múltiples ocasiones una autorización para visitar a su esposa antes de morir, pero las autoridades del SLORC le negaron toda posibilidad de entrar en el país. Sugirieron que Suu Kyi lo visitara en Inglaterra, pero ella se negó por temor de que nunca se le permitiera volver a Birmania.
Actualmente, Aung San Suu Kyi se encuentraba bajo arresto domiciliario en Rangún, situación en la que ha estado durante 12 años. No se le permite recibir visitas, cortaron su línea telefónica y se intercepta su correo, no tiene acceso a atención médica de rutina y no ha visto a sus hijos y nietos durante muchos años. Ahora la Junta la ha hecho presa, y eso es intolerable.
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