En la tierra muda nadie puede advertir
si hay alguien a la escucha
de secretos que pueda vender.
Los informantes reciben el sueldo de la sangre de la tierra
y nadie se atreve a decir lo que los tiranos no toleran.
En la tierra muda de Birmania
nadie ríe y nadie piensa en voz alta.
En la tierra muda de Birmania
puedes oír el silencio de las multitudes
En la Tierra Muda nadie puede decir
cuándo vienen los soldados
para secuestrarlos.
Los chinos quieren caminos; los franceses quieren el petróleo;
los tailandeses se llevan la madera, y el SLORC se reparte el botín...
En la Tierra Muda....
En la Tierra Muda, nadie puede escuchar
lo que ha silenciado el asesinato
y lo que ha encubierto el miedo.
Pero, a pesar que lo forzado, la libertad es un estruendo
que los mentirosos no pueden imitar y ningún grito puede ahogar.