viernes, 15 de mayo de 2009

La Junta Militar desoye los llamamientos internacionales para que libere a Suu Kyi El asunto ni se mencionó en los medios de información del país

Bangkok. (EFE).- La Junta Militar de Birmania (Myanmar) guarda silencio sobre los llamamientos de organismos y gobiernos de todo el mundo para que deje en libertad a la jefa del movimiento democrático y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, tanto que el asunto ni se mencionó en los medios de información del país.


La ONU, Estados Unidos, Unión Europea, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, países de la zona como Japón, Indonesia y Singapur, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y otros pidieron la liberación de Suu Kyi, quien fue ingresada el jueves en el presidio de Insein por haber violado el arresto domiciliario que cumplía desde 2003.

La única reacción aparente del régimen militar birmano es el personal que ha sido desplegado en el exterior de la penitenciaría de Insein, a las afueras de Rangún, que hace un escrutinio de todo viandante que pasa por el área. «Claro que nos gustaría publicar esta información, pero no podemos. La censura lo prohibiría», declaró un editor birmano al rotativo independiente The Irrawaddy, que se publica en la vecina Tailandia.

Los miembros de la Asociación del Desarrollo y la Solidaridad de Birmania, grupo que la Junta Militar ha empleado en el pasado para amenazar, intimidar y enfrentarse a los partidarios de Suu Kyi, colaboran con la vigilancia en Insein y sus alrededores.

Con la prensa, la televisión e Internet controlados por el Estado, a los birmanos solo les queda la radio para poder saber qué le sucede a la hija del héroe de la independencia birmana, Aung San. Suu Kyi, de 63 años, y las dos mujeres, una madre y una hija, que la cuidan desde hace años fueron acusadas el mismo día que ingresaron en Insein de graves delitos que, en el caso de la líder birmana, se castigan con penas de entre tres y cinco años de prisión.

El juicio comenzará el lunes próximo en el interior de la penitenciaría de Insein, y Suu Kyi, Khin Khin Win y su hija, Win Ma Ma, estarán defendidas por los letrados Nyan Win, Kyi Win y Hla Myo Myint.

También será juzgado el estadounidense John William Yettaw, quien llegó a Rangún el 2 de mayo y al día siguiente por la noche nadó en el lago Inya hasta la casa de Suu Kyi y, sorteando la vigilancia, se coló en el interior, según el diario La Nueva Luz de Myanmar, controlado por la Junta Militar.

Yettaw, de 53 años, fue detenido el día 6 cuando abandonó la vivienda y regresaba a nado.

Al día siguiente, el médico de la Nobel de la Paz de 1991 fue arrestado por los cuerpos de seguridad. Según la Liga Nacional para la Democracia (LND), la formación de Suu Kyi y el único partido político que resiste la presión del régimen militar, el intruso durmió en el cuarto de los invitados y no fue expulsado cuando le descubrieron por compasión.

Para la autoridades, su presencia en la residencia de Suu Kyi, en la avenida de la Universidad, supuso la violación de los términos de su arresto domiciliario. «Los generales birmanos usarán cualquier excusa para mantener a Suu Kyi detenida. Si no se toman medidas fuertes, Suu Kyi se podría pasar el resto de la vida en la cárcel», dijo el grupo Burma Campaign .

Birmania lleva bajo un régimen militar desde 1962, aunque las últimas elecciones legislativas que convocó, en 1990, las perdió ante Suu Kyi y su LND, por eso no reconoció el resultado. Suu Kyi ha vivido bajo arresto domiciliario 13 de los últimos 19 años.